Solomillo a la sal con salsa de mostaza

(10)
  • 40-60 min
  • Fácil
  • 4 personas

Información nutricional

  • Energía

    388kcal

  • Hidratos

    4.96g

  • Proteínas

    52.65g

  • Grasas

    17.38g

  • Fibra

    0.62g

Cuando hablamos de cocinar algún alimento a la sal, automáticamente solemos pensar en pescado. Pero lo cierto es que las carnes también quedan muy sabrosas cocinadas con este procedimiento. Hoy te proponemos que prepares un solomillo de ternera a la sal, acompañado con una exquisita salsa de mostaza. Si no lo has probado nunca, ¡seguro que te encantará! Cocinada a la sal, la carne queda deliciosa y muy tierna, porque conserva todos sus jugos. La próxima vez que tengas invitados prueba a sorprenderles con esta receta. Si quieres completarla, puedes servir el lomo acompañado de un puré de patata casero. ¡Verás cómo combina estupendamente con la salsa!

Cada plato, un corte

Está claro que, para cocinar bien, no basta con seguir al pie de la letra las recetas. A la hora de preparar platos de carne, es fundamental conocer bien los cortes para escoger el más adecuado. Seguro que te ha ocurrido alguna vez: compras una pieza de carne con un aspecto impecable, la cocinas esperando que te quede deliciosa y, a la hora de comer, ¡te ha quedado tan dura que casi no la puedes ni masticar! Lo más probable es que hayas escogido un corte que no es el adecuado para esa receta. No te preocupes, si no quieres que te vuelva a pasar, sólo tienes que aprender a conocer las características de cada corte. Veamos los más comunes:

  • Solomillo: De forma alargada, es una carne magra y tierna.
  • Lomo: Su carne, magra y tierna, está recubierta por una capa de tejido graso. Con los cortes obtenidos entre las costillas se hace el entrecot.
  • Culata: Pieza de la cadera, magra y muy gustosa. Suele prepararse frita o a la plancha.
  • Tapa: Una parte tierna, que normalmente se come frita o rebozada.
  • Contratapa: Parte magra, sin grasa ni nervios, pero algo seca, por lo que normalmente se sirve empanada.
  • Babilla: Una pieza de carne magra y tierna, ideal para freír, hacer a la plancha o para preparar una deliciosa fondue.
  • Aguja: También llamada “filete de pobre”, es una parte magra y tierna, adecuada para preparar a la plancha o frita.
  • Culata de contra: Los cortes que se sacan de esta parte son de tamaño irregular y muy melosos. Se suelen usar para preparar guisos, como el fricandó.
  • Pescuezo: Normalmente presenta pequeños restos de tendones y se emplea para los estofados.
  • Falda y costillas: La parte más magra, sin hueso, es muy melosa y se suele picar para preparar albóndigas o hamburguesas. La parte con la punta de las costillases adecuada para estofados. Cortada de forma transversal, se obtiene el churrasco.
  • Rabo: Una gran parte suele ser hueso, acompañado de una carne gelatinosa. Se cocina estofado.

 

Un condimento estrella

La mostaza es un ingrediente que da muchísima vida en la cocina. ¿Has probado a usarla en grano? No es fácil de encontrar, pero vale la pena intentarlo, porque le da un toque delicioso a muchas recetas.

En cuanto a la salsa, hoy en día en los supermercados podemos encontrar una gran variedad, desde las más picantes hasta las más suaves, pasando por opciones aderezadas con ingredientes que le dan un aroma especial. Vale la pena que las conozcas un poco para que puedas escoger cuál es la más adecuada para tus platos o cuál encaja mejor con tus gustos. Aquí tienes algunas de las más conocidas:

  • Mostaza de Dijon: originaria de la ciudad francesa del mismo nombre. Tiene un color amarillo pálido muy característico y un sabor picante muy marcado. Se elabora con semillas de mostaza negra y gris, vinagre, vino blanco y especias. Combina bien con la carne, el pescado o las ensaladas.
  • Mostaza a la antigua: tiene una textura peculiar, porque se elabora a partir de semillas de mostaza enteras. Va muy bien para acompañar carnes a la parrilla.
  • Mostaza inglesa: de sabor fuerte y color oscuro, combina muy bien con el rosbif.
  • Mostaza americana: de color amarillo claro y textura fina, se suele utilizar para acompañar a las hamburguesas o los perritos calientes.
  • Mostazas aromatizadas: incluyen diferentes ingredientes que les dan un sabor especial. Estragón, curry, miel, finas hierbas… ¡cada una tiene un aroma diferente!

Para saber cuándo está lista la carne, basta con observar la capa de sal mientras se cuece en el horno. Cuando empiece a resquebrajarse es que se encuentra en su punto. ¡Que aproveche!

Ingredientes para Solomillo a la sal con salsa de mostaza

Cómo hacer Solomillo a la sal con salsa de mostaza

  • Precalentar el horno a 200ºC.

  • Mientras el horno coge temperatura, prepara un lecho de sal gruesa en una fuente y coloca encima el solomillo (solicita a tu carnicero que lo limpie y lo ate con cordel).

  • receta de solomillo a la sal con salsa de mostaza

    Cubre el solomillo con el resto de la sal hasta dejarlo "encerrado en un sarcófago". Opcionalmente puedes usar un spray para rociar la cubierta con agua o agua aromatizada con hierbas (romero, tomillo…) pero, ojo, se trata de humedecer muy ligeramente.

  • Hornea la carne durante 50 minutos.

  • receta de solomillo a la sal con salsa de mostaza

    Mientras se cuece la carne, prepara la salsa. Primero pica y dora la chalota en un cazo a fuego lento durante unos 20 minutos. A continuación añade la nata y la pastilla de Avecrem 100% Natural Pollo. Cuando la pastilla se haya disuelto, añade las dos mostazas. Remueve constantemente hasta que adquiera una textura que desees.

  • -

    Saca el solomillo del horno, déjalo enfriar un poco y cuando puedas manipular sin quemarte rompe on una mano de mortero (o similar) la cobertura de sal y extrae el solomillo limpiando bien los granos de sal que queden en la carne.

  • Corta el solomillo en rodajas de un dedo de grosor, salsea y sirve con un acompañamiento de ensalada, por ejemplo.

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Consejos para cocinar Solomillo a la sal con salsa de mostaza

El Truco: salsas con la textura perfecta

Si una salsa te queda demasiado clara, puedes espesarla con diversos ingredientes, como el almidón y la harina de maíz. Estos espesantes naturales siempre se deben diluir en un líquido frío antes de añadrilos a la salsa. Luego, para que hagan su efecto, hay que llevar la mezcla a ebullición.

Truco destacado de la receta

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