Llega el tiempo de los gazpachos

Si tenemos que elegir un plato refrescante, sano y fácil de preparar en los meses de verano, sin duda alguna el gazpacho se lleva la palma. El tomate es el rey de los gazpachos, una sopa refrescante, sabrosa y versátil que no necesita presentación: desde Andalucía nos llega la ensalada líquida, ideal para el verano.
Llega el calor y el buen tiempo y queremos algo rápido, rico, nutritivo y, por supuesto, ¡muy refrescante! Y está claro que el gazpacho cumple con todos y cada uno de estos requisitos.
Tradición culinaria
El gazpacho aparece por la necesidad de los campesinos andaluces de alimentarse en el campo, al aire libre, y de refrescarse para combatir el sofocante calor del sur de España en verano. Se trata, pues, de un plato de origen humilde, que los trabajadores del campo comían por la sencillez en su preparación y sus largas jornadas laborales. Es precisamente por esto que el gazpacho no necesita calentarse en el fuego para prepararse y que aprovecha las verduras y hortalizas de temporada.

Una evolución en la historia
Los ingredientes originarios del gazpacho eran las habas secas, ajos, almendras, nabos, cebolla, vinagre, pan y especias, que se troceaban y se aplastaban en el mortero con aceite de oliva virgen extra y agua fría. No hacía falta utilizar cubiertos para comer, ya que se usaban trozos de pan. Tan lejano es su origen, que se sabe que los romanos ya consumían algo parecido al gazpacho. Luego, los árabes mejoraron la receta incorporando las almendras.
Pero la revolución del gazpacho la podríamos situar en el siglo XVIII, cuando se introdujeron en España productos venidos del nuevo mundo como el tomate y el pimiento. Fue entonces cuando estos ingredientes, junto con el pepino, la cebolla, el ajo, el pan y el aceite se unieron y se mezclaron para crear el gazpacho que conocemos hoy en día y que tanto nos gusta.
Para todos los gustos
No es de extrañar que ante una sopa tan deliciosa y nutritiva, cada uno haya aportado su granito de arena para adaptar los ingredientes a los gustos culinarios de cada región. Así, por ejemplo, mientras que el gazpacho andaluz original, el sevillano, tiene los ingredientes que hemos mencionado hace un momento, existen otras versiones como el gazpacho extremeño, de un rojo más intenso, que incluye sólo tomate, cebolla y una pizca de pimienta molida. O el gazpacho de pastor, que es como una vinagreta aguada, sin tomate y con trozos de pepino.
Otras variedades frías, ya más distantes del original, son el ajoblanco, que sustituye el tomate por las almendras. Puedes probarlo acompañado de uvas. ¡Ya verás cómo está delicioso! El salmorejo, que proviene de Córdoba, no lleva ni pimiento ni pepino y utiliza mucho más tomate y pan en su receta. ¡No te olvides de acompañarlo con trocitos de huevo cocido y virutas de jamón! La porra de Antequera, que es una variante malagueña del salmorejo, debe su nombre a la maza con que se chafaban los ingredientes en el mortero originalmente. Al igual que el salmorejo, se acompaña con jamón y huevo, pero también se incluye el atún, que le da un toque distinto. Otra variante es el gazpacho de poleo, una sopa extremeña refrescante, de color blanquecino y balsámica, que se consigue aplastando huevos duros y mezclándolos con el poleo que crece en las orillas de los torrentes.
Cada uno, su granito de arena
Ahora que conocemos el origen del gazpacho y las diferentes versiones “oficiales” que encontramos a lo largo y ancho de nuestro país, seguro que muchos habréis pensado que no lo preparáis exactamente como hemos descrito. Algunos añadiréis algún que otro ingrediente para darle más sabor o color; y otros sustituiréis los productos clásicos que conforman la receta del gazpacho por otros para darle un sabor totalmente nuevo y vuestro toque personal.
Y es que esta es la grandeza de la cocina: que cada uno aporte su granito de arena en las diferentes recetas. Seguramente no hay dos gazpachos iguales ya que todos tenemos nuestros trucos y nuestras manías a la hora de cocinar. Por ejemplo, podemos añadir fruta o directamente sustituir el tomate por fresas o manzanas para crear gazpachos distintos. ¿Cómo lo hacéis vosotros? ¿Habéis creado algún gazpacho nuevo?
Con esta variedad, el gazpacho ha sido, es y será la forma más refrescante y sana de comer en verano. ¡Sea cuál sea la combinación que cocines seguro que te quedará genial! ¡Que aproveche!