Dieta alternativa
Día a día crece el interés por las dietas denominadas "alternativas". Se trata de dietas que, por lo general, eliminan el consumo de alimentos de origen animal y tratan de sustituirlos por otros de origen vegetal. Sobre estas dietas hay mitos que hay que desmentir y también prácticas que hay que tener en cuenta por su valor nutricional.
Hay diferentes razones por las cuales se opta por este tipo de prácticas alimentarias y, de la misma forma, hay diferentes grados de consumo vegetariano. Desde aquellos que aceptan el consumo de pescado, pasando por aquellos que consumen el producto de animales como los huevos y la leche –denominados ovolácteovegetarianos– o los que tan sólo consumen lácticos. Los vegetarianos más extremos, los veganos, tan sólo consumen productos de origen vegetal, llegando a ser en algunos casos frugívoros (tan sólo consumo de fruta y frutos secos) o crudívoros (tan sólo productos crudos).
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Hay elementos de la dieta vegetariana que merece la pena tener en cuenta. Por una parte, el consumo de vegetales forma parte indispensable de una dieta equilibrada que cuesta mantener en nuestra sociedad, más inclinada al consumo de productos animales.
Por otro lado, la eliminación de proteínas y otros nutrientes que aportan estos alimentos animales obligan a las dietas alternativas a conocer bien los productos vegetales y a saber cómo combinarlos para sacar el máximo provecho de ellos en cuanto a los nutrientes necesarios y a cualidades organolépticas (sabor, aroma, textura...). Aprender estas propiedades es interesante para cualquier forma de alimentación.
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De entrada podemos afirmar que una dieta vegetariana que acepta el consumo de leche y huevos aporta menos grasas y más fibra sin un déficit importante de nutrientes esenciales. Eso reduce los índices de colesterol y de obesidad. Una dieta convencional basada en estos principios (carne sí, pero menos cantidad) se puede acercar a estos parámetros y mejorar nuestra alimentación.
Aun así, en este tipo de dietas existe la posibilidad de carencias en proteínas, hierro, calcio y vitamina B12. Por ello es importante conocer qué productos de origen animal los aportan y qué productos de origen vegetal los pueden sustituir. Por ejemplo, la combinación entre cereales y legumbres es especialmente indicada para conseguir un aporte de proteínas suficiente. También las podemos tener a partir de productos elaborados con soja. A partir de productos ricos en levaduras (pan, cervezas, levadura seca...) podemos conseguir aportes de vitamina B12 que de otro modo sólo encontramos en las carne y los huevos.
Puede ser interesante adaptar estas soluciones para completar y mejorar nuestra dieta, haciéndola más saludable, variada, sabrosa y completa, sea cual sea nuestro estilo de vida.
