Pescados blancos y pescados azules

El pescado tiene una composición en nutrientes parecida a la de la carne: Gran calidad en proteínas, grasas o lípidos, pequeñas cantidades de vitaminas, sales minerales y purinas (principalmente en el azul). Así mismo se destaca su contenido de yodo, fósforo, magnesio y Omega-3. Cabe señalar que algunos peces que se comen con espinas, aportan además calcio de fácil asimilación en cantidades significativas.
Tipos de pescados
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Pescados blancos:
Los pescados blancos están formados por una numerosa lista de especies, que habitan en fondos marinos. Su contenido graso es muy bajo y son fáciles de digerir, una vez cocinados.
El mejor modo de preparación es cocerlos en agua o al vapor y fritos. A la plancha o al horno también están muy sabrosos. Entre los principales pescados blancos, podemos encontrar especies como la merluza, el bacalao, la lubina, el gallo, besugo, cabracho, dorada, rape, rodaballo.
Pescados azules:
El pescado azul o graso es un grupo que contiene más de un 6% de grasa, mientras el pescado blanco o magro contiene aproximadamente sólo un 2%. Existe una clase intermedia, los pescados semigrasos, como la lubina o la dorada que contienen entre un 2% y un 5% de grasa aproximadamente. La cantidad de grasa influye en la coloración, así que gran parte de los pescados grasos tienen coloración externa azul, de ahí su nombre. Las especies de pescado azul más consumidos son: Anguila, angula, arenque, atún, bonito, boquerón o anchoas, salmón y sardina.
Para poder conservar el sabor y textura del pescado sigue estos 3 consejos:
• Añade sal en proporción de 10 gramos por cada litro de agua que utilices al cocerlo.
• El agua nunca debe hervir a borbotones porque el pescado se puede deshacer.
• Cuécelo siempre con el fuego suficiente para mantener un hervor constante.
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De esta manera el pescado no se romperá, ni se pasará de cocción perdiendo sus nutrientes, proteínas y endureciéndose.