Todo lo que necesitas saber sobre la carne blanca
Sabemos que hay carne blanca y carne roja. Y sabemos que esta denominación ya nos da una idea de cómo es cada una, ¿no? Pues sí, un buen chuletón es de un llamativo color rojizo, mientras que la carne de pollo suele tener un color mucho más pálido. La distinción se realiza comparando los tonos de las carnes en crudo. La carne blanca suele pertenecer a animales de dos patas pero no siempre: ¡la carne de conejo también se considera carne blanca, mientras que la de avestruz se considera carne roja! Así que, vayamos por partes.
¿Cuáles son las carnes blancas?
Las consideradas carnes blancas son el pollo, el pavo y el conejo. Éstas son las más consumidas, aunque también incluiríamos otras como el ganso. El cordero y el cerdo son un caso aparte. El cordero se considera carne blanca cuando es un animal joven (cordero lechal o ternasco) y el cerdo, cuando se tiene en cuenta la parte del canal. Así, el lomo de cerdo atiende a la clasificación de carne blanca.
Ventajas nutricionales
La característica nutritiva principal de las carnes blancas es su bajo aporte graso, ya que contiene menos del 10% de grasa por cada 100 gramos de carne. Además, son una gran fuente de proteínas, esenciales para el aporte de aminoácidos que ayudan al desarrollo de los tejidos corporales. Por tanto, tomar carne blanca es muy recomendable y no debe ser considerado un alimento a “suprimir” en periodos de dietas de adelgazamiento. ¡Más bien considérala un aliada! Puedes empezar con estas Judías Verdes con Pechuga de Pollo o este Conejo con calabaza y aceitunas.
La carne de pollo y de pavo: un aporte nutritivo de primer orden.
Además de proteínas, aportan vitaminas del complejo B (encargadas de proteger el sistema nervioso), minerales como el hierro, el fósforo o el zinc y poca grasa. Para garantizar esto último, conviene no tomar la piel, que es donde se concentra la mayor parte de grasa. Póntelo fácil con esta receta de de Pechugas de Pollo al microondas o ésta de Filetes de Pavo con salsa de espárragos.
âCuándo tomarla
La carne roja (caballo, vaca, buey; animales de caza y las vísceras) tiene un mayor contenido en hierro, por lo que supone un buen aporte férrico. A pesar de ser una buena fuente de proteínas, vitaminas y minerales su consumo debe ser ocasional. Por tanto, es recomendable tomar carne blanca que roja. La Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) recomienda entre 3 y 4 raciones a la semana de carne blanca y sólo de forma ocasional, unas 2 o 3 veces al mes, se recomienda incluir carnes rojas. Otro aspecto a considerar es la forma de cocinarla. Se recomienda evitar cocinar la carne durante un periodo prolongado y a altas temperaturas o exponerla directamente a las llamas por ejemplo en barbacoas, retirando y evitar siempre consumir las partes quemadas de la carne.