Plato humilde pero extremadamente sabroso, la sopa de ajo le bastan pocos y austeros ingredientes para ser una de las sopas más apreciadas en nuestra gastronomía. De origen leonés, era uno de los desayunos frecuente entre los campesinos españoles. Y no es de extrañar ya que, además de ser muy económico, es el mejor reconstituyente para vencer al frío.
Además, resulta muy fácil de hacer. Solo se tienen que rehogar los ajos y cocerlos junto con el caldo, el pimentón y la sal. Una vez triturada esta mezcla se le añaden los huevos batidos, y se sigue cociendo hasta que la sopa esté ligada. El paso final es agregar el pan con el queso y gratinar la sopa en el horno. ¡Una auténtica delicia!
Dependiendo de la zona de España, la sopa de ajo incorpora unos u otros ingredientes. Por ejemplo, en Andalucía se le agrega coliflor o pescado, y en La Rioja pimientos y tomates. También se le puede agregar chorizo, queda estupenda, y si quieres mantener la línea la puedes elaborar baja en sal.
Ingredientes para Sopa de ajo
Cómo hacer Sopa de ajo
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Pela y corta los ajos a láminas finas. Rehógalos a fuego lento en una cazuela con el aceite de oliva. Cuando empiecen a tomar color, antes que se doren, mójalos con el caldo de casero de pollo Gallina Blanca. Agrégale el pimentón, condimenta con sal y deja cocer el conjunto durante 10 minutos.
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Tritura el caldo.
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Bate los huevos y añádeles un poco de caldo caliente para que se atemperen. Viértelos en el caldo y déjalos cocer a fuego muy lento unos instantes para que la sopa se ligue. Retira la cazuela del fuego en cuanto obtengas un caldo ligeramente fluido.
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Corta el pan a rebanadas finas. Riégalo con un poco de aceite de oliva, condiméntalo con una pizca de sal y tuéstalo. Sirve la sopa en platos soperos o boles. Dispón el pan sobre el caldo, cúbrelo con el queso y gratínalo en el horno justo antes de servir.
¡Vigila porqué los platos quemarán!
Consejos para cocinar Sopa de ajo
El Truco: cómo freír los ajos
A la hora de freír los ajos vigila que se doren, pero solo ligeramente. Si se doraran en exceso perderían su perfume y amargarían la sopa. Un truco para evitarlo es que cuando tomen un poco de color se añade el caldo para así cortar la cocción.
