Caldereta de bogavante
- 40-60 min
- Fácil
- 4 personas
¿Langosta o bogavante? Un debate abierto que depende de dos grandes argumentos: precio y gusto personal. La langosta tiene un sabor más fino y delicado, mientras que el bogavante tiene un sabor mucho más contundente, con más personalidad y que encaja perfectamente con sabores como los que usamos en esta receta de caldereta de bogavante. Un guiso sabroso, a base de un sofrito de cebolla y una sabrosa picada de almendras que hará que el bogavante conquiste tu paladar. En cuestión del precio, manda tu bolsillo, aunque esta receta es muy versátil y también puedes hacerla con langosta.
Pero, he aquí la pregunta del millón, ¿sabes diferenciar un bogavante de una langosta? Que aunque digan que de noche todos los gatos son pardos, en este caso no se puede usar este refrán, ¡hay que saber diferenciar entre esos dos mariscos! Curiosamente, el color es una pista. Las langostas son de color ligeramente pardo, que tira a un naranja rojizo, mientras que el bogavante tiene un color oscuro, casi azul petróleo. Sin embargo, la cocción los iguala, así que es fácil confundirse si los compras ya cocidos.
Entonces, ¿cómo diferenciarlos? Vamos a darle fin a este drama con una pista que no falla. Las pinzas. El patas delanteras del bogavante son dos fuertes pinzas, perfectas para defenderse, mientras que las langostas tienen dos antenas largas y elegantes que les ayuda a moverse y orientarse en el fondo marino en busca de comida y peligros.
A pesar de estas diferencias, ambos se cocinan igual: vivos. Sí, es un trauma tener que cocer vivo a un bogavante o una langosta, pero su carne es tan suave que enseguida pierde frescura. Por ello se cuecen o asan vivos, para que la carne esté lo más fresca posible.
Ahora que ya sabes cómo diferenciarlos en el mostrador de la pescadería, sólo te queda saber cómo hacer esta caldereta de bogavante, muy rica y sabrosa. ¡Sabemos que te va a encantar!
¡Que aproveche!
Ingredientes para Caldereta de bogavante
Cómo hacer Caldereta de bogavante
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Para una rica, riquísima caldereta de bogavante, el secreto está en la picada. Por supuesto que la materia prima importa, que cuanto más frescos y más gorditos estén los bogavantes, más rica te quedará esta receta de caldereta de bogavante, pero la picada le dará el sabor que en ocasiones puede faltarle al marisco.
El primer paso para preparar esta picada es, en una buena cazuela, tostar dos dientes ajos hasta que comiencen a tener un color dorado. Sigue tostando las almendras y el pan. Y todo esto lo majas en un mortero para tener una masa ligeramente grumosa y riquísima que se añadirá al sofrito de la caldereta en pasos posteriores. -
Sigue sofriendo las cebollas cortadas en juliana, en láminas finitas. Para que esta sude toda su agua y así elimine sus sulfitos, que pueden irritar tu sistema digestivo. Cuando hayan pasado un par de minutos al fuego, añade un pellizco de sal para aumentar la deshidratación de la cebolla y, una vez haya perdido su turgencia, añade el ajo bien laminado para que se dore de manera homogénea, junto a las cabezas y las pinzas del bogavante. Vierte un vaso de cognac y deja que reduzca.
Una vez la cebolla haya adquirido parte de ese color caramelo tan característico del cognac, añade el Tomate Frito Gallina Blanca y la carne de los pimientos ñora. Ojo, porque esta carne dará un ligero toque picante al guiso, y si te pasas...ten preparado un vaso de leche para bajar el picor. -
moja el sofrito que has conseguido con el Caldo Casero de Pescado Gallina Blanca y deja que el chup, chup de este fumé haga que los sabores se combinen de una manera deliciosa y delicada. Tras diez minutos, agrega las anillas del bogavante y cocínalas durante 3 minutos.
¿Todo listo para el momento de la verdad? Toca añadir la picada, esa que has preparado con las almendras y el pan frito, a este guiso. Una vez esté incorporada al resto de ingredientes, deja que se cocine durante 4 minutos en la cazuela, para que de sabor y se distribuya correctamente por toda la caldereta de bogavante.
Ahora, ¡ya sólo queda emplatar y que disfrutes de esta riquísima y fácil caldereta de bogavante!
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Consejos para cocinar Caldereta de bogavante
¿Langosta o bogavante? Un debate abierto que depende de dos grandes argumentos: precio y gusto personal. La langosta tiene un sabor más fino y delicado, mientras que el bogavante tiene un sabor mucho más contundente, con más personalidad y que encaja perfectamente con sabores como los que usamos en esta receta de caldereta de bogavante. Un guiso sabroso, a base de un sofrito de cebolla y una sabrosa picada de almendras que hará que el bogavante conquiste tu paladar. En cuestión del precio, manda tu bolsillo, aunque esta receta es muy versátil y también puedes hacerla con langosta.
Pero, he aquí la pregunta del millón, ¿sabes diferenciar un bogavante de una langosta? Que aunque digan que de noche todos los gatos son pardos, en este caso no se puede usar este refrán, ¡hay que saber diferenciar entre esos dos mariscos! Curiosamente, el color es una pista. Las langostas son de color ligeramente pardo, que tira a un naranja rojizo, mientras que el bogavante tiene un color oscuro, casi azul petróleo. Sin embargo, la cocción los iguala, así que es fácil confundirse si los compras ya cocidos.
Entonces, ¿cómo diferenciarlos? Vamos a darle fin a este drama con una pista que no falla. Las pinzas. El patas delanteras del bogavante son dos fuertes pinzas, perfectas para defenderse, mientras que las langostas tienen dos antenas largas y elegantes que les ayuda a moverse y orientarse en el fondo marino en busca de comida y peligros.
A pesar de estas diferencias, ambos se cocinan igual: vivos. Sí, es un trauma tener que cocer vivo a un bogavante o una langosta, pero su carne es tan suave que enseguida pierde frescura. Por ello se cuecen o asan vivos, para que la carne esté lo más fresca posible.
Ahora que ya sabes cómo diferenciarlos en el mostrador de la pescadería, sólo te queda saber cómo hacer esta caldereta de bogavante, muy rica y sabrosa. ¡Sabemos que te va a encantar!