Postres típicos de San Isidro

Madrid está de fiesta. Mañana dÃa 15 de mayo es el dÃa de su patrón San Isidro y no hay mejor manera de celebrarlo que disfrutando de los postres tÃpicos de esta festividad: las rosquillas.
El DÃa de San Isidro, los madrileños y todos los que se acerquen a celebrarlo a la ciudad pueden disfrutar de la más variada gama de estas riquÃsimas rosquillas caseras.
Entre los distintos tipos que existen, destacan las rosquillas de San Isidro, tontas y listas, muy ligeras y deliciosas que, además, resultan muy sencillas de elaborar. La diferencia que hay entre ambas es que las rosquillas tontas no llevan nada por encima, aunque se elaboran con la misma base que las listas, que sà van bañadas con azúcar fondant de diferentes colores.
Pero, además de estas rosquillas, también encontramos las de Santa Clara, otro postre tÃpico de esta festividad y que al igual que las rosquillas listas y tontas tienen la misma base pero están recubiertas de merengue seco. En el caso de las rosquillas francesas, también tÃpicas, el rebozado es de almendra. También se pueden preparar rosquillas sin gluten y sin lactosa.
Muchos creen que la historia de estas rosquillas se remonta nada menos que al Imperio Romano, aunque otros tienen conocimiento de ella un poco más tarde, en la Edad Media, en la que la masa llevaba anÃs, harina, huevo y aceite.
Pero la historia que más se acerca a la realidad y a las rosquillas tal y como las conocemos hoy es la de la TÃa Javiera, una pastelera madrileña que vendÃa las rosquillas en fiestas y verbenas. A cada tipo de rosquillas lo bautizó de una manera diferente: La Lista, La de San Isidro, La de limón y la de la TÃa Javiera.
En el caso de las rosquillas de Santa Clara, su origen es más certero, ya que fue Doña Catalina Núñez junto a su cocinera, tras enviudar del Contador Real de Enrique IV, quienes ingresaron en un convento y allà compartieron la receta de sus rosquillas con las monjas, que lo vieron como una estupenda manera de recibir ingresos extra.
Por otra parte, las rosquillas francesas fueron poco más o menos que un capricho de Bárbara de Braganza que harta de las delicatessen de palacio decidió pedir las rosquillas que tomaba el pueblo, pero con una pequeña variedad para diferenciarse de él. De ahà las almendras que las cubren.
En cualquier caso, vengan de donde vengan, lo importante es que son una auténtica delicia que merece la pena disfrutar durante la festividad más tÃpica de Madrid, el DÃa de San Isidro.
Las rosquillas, las delicias de San Isidro
Origen de las rosquillas