Rosquillas Caseras

(618)
  • 40-60 min
  • Media
  • 4 personas

Información nutricional

  • Energía

    436kcal

  • Hidratos

    58.76g

  • Proteínas

    6.30g

  • Grasas

    19.34g

  • Fibra

    3.67g

Las rosquillas caseras son de esos dulces que nos transportan a nuestra infancia. Tradicionalmente, en muchas zonas de España se comen por Semana Santa, pero lo cierto es que son ideales para la merienda o para el desayuno en cualquier época del año.

Con la receta de rosquillas caseras que te proponemos verás que son facilísimas de elaborar. Si te apetece, puedes darles un toque diferente añadiendo ralladura de naranja. ¿Y por qué no pruebas a sustituir el anís por otro licor, como un vino dulce, un licor de frutas o uno de crema irlandesa? Si tienes niños, anímate a prepararlas con ellos el fin de semana. ¡Seguro que disfrutarán con las manos en la masa y dándole forma a las rosquillas!

¿Sabías que el origen de este confite se encuentra en el antiguo Imperio Romano? Pues sí y desde entonces su receta se extendió por toda Europa. Unas de las más famosas son las de San Isidro, el patrón de Madrid, que se celebra el 15 de mayo. En esta festividad se pueden encontrar cuatro variedades muy características que solo se diferencian por su presentación, porque la recetas es la misma para todas.

Están las rosquillas tontas, que deben su nombre a su simplicidad, ya que no tienen ningún adorno. Además son las más antiguas y se solían hacer con excedente de masa de pan. Por otro lado, las listas se presentan con una capa de azúcar glas de distintos colores y también suelen llevar algún licor. Por otro lado, las de Santa Clara van cubiertas de una capa de merengue seco de color blanco y las francesas de almendra picada. Por último, están las ciegas que se reconocen porque no tienen agujero en el medio.

Además de en Madrid también son muy típicas en Castilla y León, donde acostumbran a hacerlas de mayor tamaño, y de la zona de Reinosa donde tradicionalmente y en invierno se conservaban en recipientes enterrados en la nieve de las montañas de la cordillera Cantábrica. Y en Galicia este dulce se consume en las romerías y fiestas populares.

Aunque quiza la variedad de rosquilla más conocida gracias al marketing y las películas y series norteamericanas sea el dónut. Su forma y sabor en comparación con la tradicional española es bastante similar, aunque el donut suele ser más esponjoso, tierno y grueso. Además, suele ir acompañado de una capa de azúcar o de chocolate y a veces también se presenta relleno de crema, chocolate o mermelada. ¿Qué variedad te gusta más?

Cómo hacer unas rosquillas caseras

Las rosquillas son una de las recetas más tradicionales de nuestro país y que vale la pena recuperar con más frecuencia. Sin embargo, se acostumbran a comer solo en ocasiones puntuales, como las festividades de Semana Santa, pero lo cierto es que podemos disfrutar de este dulce en cualquier momento del año.

Si eres goloso te encantará cocinarlas y también si te gusta rescatar recetas llenas de sabor y tradición que te lleven a la cocina de casa, la de nuestras madres y abuelas. Puedes acompañarlas con café, té o un vaso de leche fresca.

Para preparar las rosquillas la receta es bien sencilla. Podría parecer que para elaborar este dulce tan apetitoso se requiere una elaboración muy complicada. Pero, nada de eso. De hecho, si sigues el paso a paso de esta receta de rosquillas verás que es mucho más sencillo de lo que crees. ¡Eso sí no te saltes ninguno!

Lo primero que tendrás que hacer es mezclar los huevos y el azúcar en un recipiente y batirlos fuerte. Cuando estén, añade sin dejar de batir y lentamente el aceite, el anís y la ralladura de limón. Seguidamente, haz un pequeño volcán con la harina y en el agujero que ha quedado incorpora la mezcla que has hecho antes, y ves añadiendo la harina poco a poco hasta que obtengas una masa consistente. Trabaja la masa con las yemas de los dedos, haciendo movimientos circulares y déjala reposar media hora.

Es importante que la masa quede algo pegajosa pero que se pueda manejar, ya que si no querrá decir que nos hemos pasado de harina y nuestras rosquillas fritas caseras nos quedarán secas. A la hora de reservarla en la nevera envuélvela en papel film.

Cuando ya haya pasado el tiempo de reposo, estírala con las manos y haz palitos largos de un centímetro de grosor, y después une los extremos dando forma a las rosquillas. Presiona bien la unión para que no se abran al freírlas. Ahora ya las puedes freír en una sartén con abundante aceite, pero asegúrate que esté bien caliente y de vigilar que no se te quemen. Cuando estén doradas, ya las puedes sacar y ponerlas en un recipiente con papel absorbente para que se elimine el aceite sobrante. Espolvorea con azúcar glasé o azúcar y canela al gusto.

Un consejo. Para lograr unas rosquillas caseras esponjosas lo mejor es añadirles un poco de levadura a la masa. ¡Te quedarán deliciosas!

Ahora que ya sabes cómo hacer rosquillas caseras, ya no tienes excusa para ponerte el delantal y preparar este dulce tan rico para toda la familia.

Aromáticas rosquillas de anís caseras

Si hay un aroma que caracterice este confite es el del anís, una planta que tiene, por un lado, un uso medicinal muy eficaz para facilitar las digestiones, eliminar las náuseas y el mal aliento. Y, por otro lado, un uso gastronómico, sobre todo en repostería, en el que es uno de los aromas más apreciados para hacer recetas tan ricas como estas rosquillas caseras de la abuela.

Aunque si quieres añadir una variación a este plato tan típico o si no te gusta el anís puedes sustituirlo por la fragancia del limón o la naranja. Ya verás como consigues que tengan un toque original y que seguro que gustará a todos tus comensales.

Ha llegado el momento de que pruebes estas rosquillas y su receta fácil. Verás como te sorprende lo sencillo que es prepararlas y lo ricas que quedan. Si las haces con tus hijos, estos se lo pasaran la mar de bien jugando con la masa y conociendo uno de los postres más nuestros y con un sabor estupendo. ¡Qué las disfrutéis!

Otro dulce muy típico de las fiestas de Semana Santa son los pestiños. Así que ya que estás con las manos en la masa ¿por qué no preparas también este rico confite? Su aroma de anís y sésamo te encantará. 

Ingredientes para Rosquillas Caseras

Cómo hacer Rosquillas Caseras

  • bate los huevos con el azúcar

    Introduce los huevos y el azúcar en un recipiente y bátelos fuertemente. Cuando estén bien batidos, añade poco a poco y sin dejar de batir, el aceite, el anís y la ralladura del limón.

  • Amasa la mezcla

    En la mesa de trabajo, echa la harina, haz un pequeño volcán, y en medio incorpora la mezcla realizada anteriormente. Mézclala con la harina poco a poco, hasta obtener una masa consistente. Termina de amasar con las manos y déjala reposar media hora.

  • Fríe las rosquillas

    Una vez la masa haya reposado, trabájala con las manos estirándola, haciendo palitos largos como de un centímetro de grosor y unes los extremos formando la rosquilla.

    Pon en una sartén aceite abundante y cuando esté caliente, echa las rosquillas, Una vez doradas (no quemadas), sácalas y ponlas en un recipiente con papel absorbente, para eliminar el aceite. Se pueden espolvorear con azúcar glasé o azúcar y canela al gusto.

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Consejos para cocinar Rosquillas caseras

El Truco: rosquillas perfectas

Hay que tener mucho cuidado con la temperatura del aceite, ya que es fácil que se nos quemen a la mínima. Es preferible retirar la sartén un poco del fuego entre tanda y tanda, para evitar sorpresas. Una vez fritas, las dejamos enfriar y ... ya está. ¡Unas riquísimas rosquillas!

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