Cuando tengas el seitán listo, nos ponemos. Echa aceite en la sartén y empieza a sofreír la cebolla picada. Enseguida, añade la zanahoria, la remolacha y el calabacín, que estén rallados y que no queden trozos grandes. Lo bueno de la remolacha es que vas a ver que no solo le aporta frescura, sino que le va a dar un color exquisito a la hamburguesa. Te la comes por los ojos. Justo después, incorpora el seitán.
¿Sabías que al seitán lo llamaban “músculo de harina” y que fueron unos fabricantes chinos de tallarines quienes lo descubrieron en el siglo VI? Eso sí, es cosa de los japoneses el nombre actual. Hoy en la cocina vegetariana es un ingrediente muy importante. Está buenísimo, es súper rico en proteínas y sacia mucho, así que, si te has quedado con la copla, la receta de seitán con verduritas también la tienes que probar.
A lo que tenemos en la sartén, dale vueltas con la cuchara de madera y espera a que quede rehogado. En ese punto, suma la pastilla desmenuzada de Avecrem. Mézclalo bien y déjalo cocer unos 5 minutos. Si ves que está muy seco, no le tengas miedo y suma un poco de agua.
Apaga el fuego. Echa los copos de avena y deja que se hidraten con la rica mezcla anterior. Añade cilantro picado y comino para darle mejor gusto. Si te queda poco espeso, se soluciona rápidamente sumándole pan rallado, que aglutina mucho.
Ahora es el momento de darle forma. Vamos a moldear esas hamburguesas de seitán. Pasa la mezcla a un cuenco y coloca al lado un plato vacío. Úntate las manos con aceite y, una a una, haz bolas cogiendo con tus manos parte de la mezcla para luego aplanarlas. Déjalas con buen grosor y… ¡A freír en la sartén!
Mientras las dejas reposar un poco, te sugerimos que pases el pan de hamburguesa por la misma sartén o lo pongas un poco al horno. Unta el pan con mayonesa mezclada con un toque de mostaza y rellena a tu gusto la hamburguesa: puedes ponerle espinacas, tomate, aguacate, pepinillos y unos pocos pimientos asados. ¡Queda increíble!