Pechugas de pollo en salsa agridulce
- 20-40 min
- Fácil
- 4 personas
Información nutricional
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Energía
455kcal
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Hidratos
8.43g
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Proteínas
44.52g
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Grasas
25.81g
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Fibra
0.42g
¿Quién dijo que el pollo era aburrido? No sólo se aprovecha casi todo para preparar todo tipo de recetas, sino que, al ser una carne blanca, es sanísima y muy versátil.
De lo que se trata es de dejar un volar un poco la imaginación para que puedas darle un toque diferente a las recetas. Como en estas pechugas de pollo con salsa agridulce, que ofrece una combinación de sabores muy sorprendente. Y no te asustes, porque si a tu familia no le acaba de convencer el resultado —los sabores exóticos no siempre son bienvenidos—, puedes preparar todo tipo de salsas para acompañarlas. ¿Y sabes lo mejor? Que tenemos para ti la solución para que todo sea mucho más fácil gracias a Mis Salsas Gallina Blanca.
En esta receta hemos utilizado pechugas, pero si te da miedo que te quede un plato demasiado seco, puedes usar la salsa con alitas, muslos o incluso con alguna carne. ¡Que aproveche!
Ingredientes para Pechugas de pollo en salsa agridulce
Cómo hacer Pechugas de pollo en salsa agridulce
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Sazona las pechugas con la pastilla de Avecrem Caldo de Pollo Gallina Blanca desmenuzada y fríelas en el aceite de oliva hasta que estén doradas. Saca las pechugas del fuego y resérvalas.
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En el mismo aceite, con el fuego bajo, añade los granos de pimienta negra, el azúcar y la harina (desleída en agua). Sube el fuego y cuece hasta que la salsa quede ligada y caramelizada.
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Añade entonces con cuidado el vinagre. Liga toda la salsa e incorpora las pechugas a la salsa para que cojan el sabor de ésta. Sírvelas calientes.
Consejos para cocinar Pechugas de pollo en salsa agridulce
El Truco: comprueba la temperatura del aceite
Para comprobar la temperatura del aceite, deja caer una gota del rebozado en el mismo. Cuando el rebozado cae hasta el fondo y emerge lentamente, la temperatura del aceite es de unos 160 ºC, ideal para las verduras. Si el ingrediente no cae del todo, la temperatura de la grasa es de unos 170 ºC. En cambio, el rebozado se dispersa en la superficie cuando el aceite está a 180 ºC. Esta temperatura es excesiva, y hará que el rebozado se queme.