Del bosque a la mesa

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En otoño, nada mejor que pasar un día con la familia en el bosque llenando el cesto para luego preparar un delicioso almuerzo otoñal. Pero ¡cuidado!: antes de salir a recolectarlas, tienes que conocerlas y, sobre todo, no arriesgarte con las variedades que te generen dudas. Ten en cuenta nuestros consejos.

En Cataluña las cazan, pero si prefieres un término más pacífico, puedes recogerlas. El mundo de las setas y los hongos es extremadamente rico y en España existen más de 2.000 variedades. Sin embargo, muchas de ellas son tóxicas, así que hay que ser muy precavido.

Solo las conocidas

Si carecemos de experiencia, lo primero que debemos hacer es informarnos sobre las diferentes variedades y aprender a distinguirlas. Aparte de comprar una buena guía, lo mejor es que las primeras veces nos aconseje un setero experto. En cualquier caso, siempre debemos coger únicamente aquellas que conozcamos bien.

Y si queremos probar nuevas variedades, nada como acudir al mercado, donde habrán hecho la selección por nosotros e incluso nos aconsejarán la mejor manera de disfrutarlas.

Maestras del engaño
El mízcalo, el champiñón, el rebozuelo y la trompeta de los muertos son algunas de las especies más consumidas y fáciles de identificar. Pero aun así, algunas setas tóxicas se parecen mucho a otras comestibles, y solo las podemos diferenciar observando su estructura, su forma de romperse y otros aspectos que, si no somos expertos, difícilmente podremos determinar. En este caso, mejor dejarlas tranquilas y que cumplan su función en el ecosistema del bosque.

Algunas setas desprenden un fuerte hedor que nos repele, pero es cierto que otras tienen un aspecto tan llamativo, como el sombrero rojo con picos blancos, que aunque están diciendo a gritos «¡Soy tóxica!», en realidad atraen nuestra atención y podríamos sucumbir a la tentación de llevárnoslas.

¿Cómo recogerlas?
Normalmente la temporada de las setas abarca del otoño a la primavera. En otoño es cuando encontramos mayor variedad, y por eso todos salimos corriendo hacia el bosque a buscarlas. Pero la cantidad que encontremos dependerá de la humedad y la temperatura ambiente: si hace tiempo que no llueve, mejor dedicar el día a otra actividad.

Por fin llega el momento de llenar el cesto. Y debemos hacerlo cortando el hongo por el pie con ayuda del cuchillo. No arranques la seta entera ni utilices herramientas para escarbar o remover el suelo, ya que lo único que conseguirás es que en ese lugar no vuelva a crecer ninguna.

¿Cómo prepararlas?
Y una vez tenemos el cesto lleno, ¿cómo las cocinamos? Las setas tienen un 90% de agua y son muy bajas en calorías, por lo que son un alimento perfecto para todos.

Lo mejor es hacerlas a la brasa o saltearlas ligeramente con un poco de aceite. También están riquísimas a la plancha con ajo o revueltas con huevo. Y algunas variedades, como el champiñón, pueden comerse incluso crudas.

 

¿Y tú, sales a recoger setas o prefieres comprarlas en el mercado?

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