Cocinar con sardina, un pescado sano y económico

La actual isla de Cerdeña da nombre a uno de los pescados con más presencia en nuestra gastronomía: la sardina. Y esto se explica porque abundaba en las costas de esta isla italiana. Pero lo cierto y, por suerte, es que la podemos encontrar en todo el mar Mediterráneo y el Cantábrico. Es un pescado azul rico en vitaminas y minerales, ácidos grasos y muy versátil desde el punto de vista culinario. Cocinar con sardina es, por tanto, todo un gusto y una forma excelente de cuidar nuestra salud.
Conoce cómo preparar deliciosos platos con este pescado y los beneficios que su consumo tiene en tu organismo.
Nutritiva y sabrosa
Aunque la podemos encontrar todo el año, consumirla en los meses más cálidos, de abril a octubre, es ideal para aprovecharnos de su mejor momento nutricional y culinario. Por ejemplo, una de sus principales ventajas de este pescado es que a pesar de su pequeño tamaño tiene un alto contenido de ácidos grasos omega-3. Esenciales para mantener a raya los niveles de colesterol y los triglicéridos, y disminuir el riesgo de sufrir aterosclerosis y trombosis ya que ayuda a aumentar la fluidez de la sangre. Así que es un pescado idóneo para aquellas personas que padezcan enfermedades cardiovasculares.
Quizá una de las preparaciones más extendidas en nuestra gastronomía sean las sardinas en escabeche. Esta técnica de conservación es la mejor opción para poderlas degustar durante varios días, además hace que su carne aún sea mucho más sabrosa y aromática. Para hacerla se tienen que freír primero y reservarlas, y después en una cazuela preparar el escabeche con más aceite, ajo, laurel, tomillo, orégano y el vinagre para verter sobre las sardinas. El secreto es dejarlas en el frigorífico al menos un día para que agarren el gusto de la salsa.
Pero no solo son una fuente de omega-3, las sardinas también contienen importantes vitaminas del grupo B como la B12 o B1, que permiten aprovechar mejor los hidratos de carbono, las grasas y proteínas que consumimos, así como intervienen en la formación de glóbulos rojos y otros procesos clave de nuestro organismo. Asimismo la sardina es rica en vitaminas A, D y E, indispensables para el mantenimiento de los tejidos del cuerpo, el sistema nervioso y la absorción del calcio, entre otras muchas funciones.
Hablando de calcio la sardina también lo contiene, pero es cuando se consume enlatada cuando el aporte es mucho mayor, ya que al someterse a las técnicas de conservación el calcio de la espina se transmite a la carne.
![]() |
![]() |
Mil y una formas de prepararla
¿Qué te han parecido todos los beneficios que te aporta comer sardinas? ¡Pues aún hay más! Y es que la sardina también es rica en minerales como fósforo, magnesio, potasio, hierro, zinc y yodo, imprescindibles para los huesos, dientes, el sistema nervioso o la formación de hemoglobina, entre otras muchos aspectos de nuestro cuerpo.
Con tantas propiedades no se necesitan muchos ingredientes para cocinarlas. De hecho, un plato tan sencillo como unas sardinas con salsa de pimientos, es todo un placer culinario.
Por eso, hay que echarle algo más de imaginación y prepararlas camuflándolas con otros aromas y texturas. Una receta muy recomendable para este caso son las sardinas en salsa picante con hierbas frescas, ajos, cebolla, vinagre y pasas.
Otra de las ventajas de la sardinas es que es un pescado económico y que podemos cocinar en multitud de formas: fritas, en espeto, escabechadas, guisadas, al horno, marinadas… Admiten preparaciones para todos los gustos, pero es inevitable que su intenso sabor no guste a todos por igual, sobre todo a los más pequeños.
Otra manera es preparar las sardinas rellenas a base de una mezcla de hierbas y pan rallado, que entusiasmará a toda la familia.
Pon en práctica todas estas recetas de sardinas y benefíciate de las propiedades de este pescado azul.