Hace un año, una conocida marca inglesa de chocolates decidió cambiar la forma de sus tabletas, redondenado los bordes y eliminando ángulos. Lo que seguramente no se esperaba es que muchos consumidores se quejaran de que, con el cambio, el chocolate les sabía demasiado dulce. Lo más sorprendente es que, según la propia marca, la receta del chocolate no cambió en ningún momento.
A partir de este caso, se ha podido estudiar un poco más hasta qué punto la forma de lo que comemos puede determinar su sabor. En un plano sensorial, claro, ya que una tarta, sea cuadrada o redonda, no debería cambiar de sabor si no cambian los ingredientes –o las proporciones– con los que la preparamos.
En el caso de los dulces, parece que sí, que tendemos a apreciar un sabor más dulce si la tienen forma redonda, mientras que las formas cuadradas nos hacen percibir más amargor. Así que si sois amantes del dulce, ya sabéis que lo mejor es comer cosas con formas redondas, y si preferís un sabor más amargo, las galletas cuadradas o con forma de estrella deberían ser vuestra elección.