“No sólo somos lo que comemos. Somos cómo comemos”

Hemos charlado con Toni Massanés, director de la Fundación Alícia. Este organismo desempeña diferentes labores relacionadas con la alimentación y la gastronomía, entre las que destacamos la necesidad de llevar una alimentación sana y saludable. Nos cuenta cómo lograrlo.
Como centro de investigación dedicado a la innovación tecnológica en cocina, ¿qué actividades lleváis a cabo?
Son actividades relacionadas con la mejora de los hábitos alimentarios para encontrar soluciones culinarias a las necesidades alimentarias concretas que provocan determinadas enfermedades. También ajustamos la restauración de distintos colectivos como hospitales, geriátricos, comedores escolares y catering, e investigamos gastronómica y científicamente.
¿Cuál es el propósito de estas investigaciones?
Generar conocimiento en todos los aspectos tecnológicos que forman parte de la cocina, desde el uso de nuevas técnicas y productos hasta la optimización de procesos tradicionales.
¿Algún otro trabajo a destacar?
Estudiamos las características y las cualidades gastronómicas de los productos que se cultivan en la Fundació, su valor culinario y la forma de aplicarlos, asesorando a restaurantes, escuelas de restauración y pequeños productores. También me gustaría incidir en el estudio de la gastronomía desde una visión histórica, interpretando recetarios y aplicándolos como herramienta para valorizar un territorio y un patrimonio cultural.
¿Qué tipo de profesionales trabajan y colaboran en la Fundació? Cocineros, nutricionistas, dietistas…
Básicamente nutricionistas, cocineros, tecnólogos de alimentos, químicos, dietistas e ingenieros agrónomos, entre otros. La Fundació también se relaciona con universidades y centros de investigación para complementar sus trabajos.
Mejorar el hábito alimenticio de las personas es el objetivo prioritario de la Fundació, ¿cómo se puede lograr esta difícil tarea?
Fomentamos el uso de la cocina como herramienta para comer mejor. La gente que cocina o dedica un mínimo de su tiempo a programar y a preparar su comida realiza elecciones más saludables. Sin embargo, la comida rápida no tiene por qué ser basura, y eso es lo que intentamos explicar: es posible comer sano y sabroso en muy poco tiempo.
También trabajan ofreciendo respuestas culinarias concretas a ciertos problemas de salud, ¿cómo consiguen que las personas con limitaciones alimentarias disfruten de la comida?
Cuando se unen la creatividad y la experiencia de un cocinero (con el conocimiento de un especialista en nutrición) se consiguen diseñar y elaborar propuestas adaptadas a las necesidades específicas de cada restricción a la vez que sabrosas, atractivas y fáciles de preparar.
Nos ha parecido llamativo que además se dediquen a la investigación en cocina e historia de los alimentos, ¿cómo está afectando la actual situación económica a la alimentación?
Los hábitos alimentarios están variando de formas insospechadas, como por ejemplo en la mejor gestión de la cocina doméstica para optimizar recursos o en la mayor exigencia del consumidor frente a los productos alimentarios; son exigencias en cuanto a calidad y precios, perdiendo a veces de vista el auténtico valor de las cosas ya que los alimentos valen lo que valen y se puede recortar hasta cierto punto.
¿Cómo son los cursos y los talleres de divulgación culinaria que imparten?
Son programas de muy diverso tipo. Tenemos el de ‘La fruta un mundo de colores y formas’, para conocer la fruta y experimentar con ella a través de un cuento y un pequeño taller de cocina; el de ‘Buenos Días, ¿Desayunamos?’, donde a través de un juego descubriremos la importancia de desayunar bien; ‘¿Qué cocina el mundo?’, en el que se trabajan los buenos hábitos alimentarios aproximándose a la diversidad culinaria y probando recetas de diferentes lugares del mundo; ‘Los sentidos, ventanas del cuerpo’, un taller de percepción y experimentación sensorial en el que el gusto y el olfato son nuestros guías…
Además de los cursos y talleres antes citados, ¿qué otros proyectos desarrollan para promover hábitos alimenticios sanos?
El programa ‘TAS, Tú y Alicia por la Salud’ busca conocer y mejorar los hábitos de alimentación y de actividad física de los adolescentes de nuestro país. Después de haber trabajado con 2.500 adolescentes de 3º de la ESO durante dos años, los resultados han sido muy satisfactorios. Por su parte, dentro de la campaña ‘Som el que mengem’ de la Fundació FC Barcelona, llevamos dos años colaborando en la promoción de hábitos saludables a través de la realización de tres talleres para niños de entre 4 y 14 años.
¿Somos lo que comemos?
Todo lo que nos llevamos a la boca y entra en nuestro cuerpo realizará una función u otra, por lo que la afirmación es en parte cierta; pero también lo es el hecho de que somos cómo comemos, pues no sólo comemos para nutrirnos. Y lo digo porque comer también tiene sus componentes emocionales, de tradición y culturales. Tampoco debemos olvidar que somos lo que nos movemos: una actividad física regular adaptada a cada edad y situación es imprescindible para mantener una buena salud.
¿Cuál es la base de una dieta equilibrada?
Aquella que aporta todos los nutrientes necesarios para el correcto funcionamiento del organismo. Para conseguirlo, tenemos que comer alimentos de los diferentes grupos y seguir algunos consejos: repartir la comida en cuatro o cinco tomas al día, digerir fruta y verdura cinco veces al día, legumbres tres veces por semana…
¿Alguna recomendación más?
Asegurar el aporte necesario de proteínas a partir de la carne, el pescado (azul y blanco) y los huevos son igual de importantes, así como consumir lácteos de manera regular y que el agua sea la bebida de elección de las comidas. También es fundamental priorizar las cocciones sencillas y bajas en grasa.