“Hay que comer de todo en plato de postre”

Imaginamos que la decisión de dedicarse al mundo de la gastronomía no resultó demasiado difícil dada la trayectoria y los conocimientos sobre cocina de su madre, Simone Ortega ¿es así?

Pues no creáis, mi madre me imponía mucho y publicar mi primer libro (‘Sandwiches, canapés y tapas’) me daba un apuro tremendo porque sabía que el listón estaba muy alto y no quería defraudarla. Ella me animó, y como el libro resultó ser un éxito, se sintió muy orgullosa, ayudándome y aconsejándome en todo con buen criterio.

¿Qué aprendió de ella y qué consejos le dio?

Aprendí metiéndome en la cocina a verla cocinar, porque a ella no le gustaba enseñar; ni siquiera a mí que era su hija. La verdad es que mirando aprendí mucho y luego ya me lancé cuando me casé. En cuanto a los consejos, me dijo que siempre había que ser honesta con la receta; una lección que también me trasladó a la vida misma.

Mucha gente opina que para elaborar una receta basta con disponer de los ingredientes necesarios. Pero, ¿hasta qué punto llega a influir el hecho de contar con los utensilios adecuados?

Si disponemos del instrumental adecuado, el desarrollo de la receta irá mucho mejor y hasta podremos ahorrar tiempo. Y es que, por ejemplo, no se tarda lo mismo en montar un merengue a mano que con unas varillas eléctricas. También es necesario pensar en el espacio que tiene nuestra cocina y si vamos a dar uso a esos utensilios antes de adquirirlos.

Ha escrito diferentes libros, algunos dedicados a los platos de cuchara, otros sobre alimentación saludable, postres, cocina para dummies… ¿En qué se inspira a la hora de escribir?

He escrito más de 30 libros y siempre me inspiro en lo que la gente necesita o me pide a través del correo; también pienso y me planteo libros que creo que pueden ayudar a que, por ejemplo, comamos mejor o conservemos la naturaleza.

¿Qué destacaría de sus obras?

Son sencillas, fáciles de entender y de manejar, y con recetas que no tienen ingredientes demasiado complicados. Es lo que queremos todos.

Uno de estos libros lleva por título ‘La cocina de Inés Ortega’. ¿Cómo es su cocina y qué podemos encontrar en ella?

Mi cocina es sencilla y procuro que sea variada y saludable y, aunque me gustan los platos de toda la vida, también me gusta proponer que probemos nuevas cosas. Este libro cuenta también con secciones de comida para deportistas, vegetarianos, diabéticos, celíacos… Creo que estos temas eran los que faltaban en las obras de mi madre y que hay que tener en cuenta e ir añadiendo; como fundamental también es aprender buenos modales en la mesa desde pequeños.

¿Qué consejos nos daría para convertirnos en buenos cocinillas?

Lo más importante es tener ganas de hacerlo y paciencia, pues hasta los grandes chefs han fallado recetas y algunas no les han salido a la primera. Con esta recomendación, y siguiendo una receta sencilla, no hace falta más. Ya habrá tiempo más adelante para ir innovando y añadiendo cosas propias.

¿Opina que gracias a trabajos como el que usted hace la gente está mostrando un interés cada vez mayor por la cocina sana y natural?

Yo pienso que sí. La gente se interesa ahora más por su alimentación y por estar en forma, y eso lleva a una cocina sana y natural que ya practicaban nuestras abuelas. Lo que no hay que hacer es caer en la obsesión. Hay que comer de todo en plato de postre, como decía el gran experto en la materia Grande Covián; es decir, de todo sin exceso, salvo que uno tenga un problema de salud o alguna intolerancia a ciertos alimentos, en cuyo caso hay que consultar siempre con el médico.

¿Cuáles son las recetas imprescindibles que no deben faltar en un buen recetario?

Las básicas: un arroz, una verdura y una pasta, y todo bien hecho.