“La cena del señor Lecter”: Bizcocho con dulce de leche y crema de mantequilla
Esta receta de Ramón Majó, “La cena del señor Lecter: Bizcocho con dulce de leche y crema de mantequilla cubierto con fondant y mermelada de fresa" rinde homenaje a uno de los personajes más terroríficos de la literatura contemporánea, el Dr. Hannibal Lecter.
Es una de las mejores elecciones para sorprender a nuestros invitados durante la noche más terrorífica del año. Pese a que a primera vista parece que se trate de un cerebro de verdad, en realidad es un delicioso postre que, cuando lo sirvas en la mesa, dejará a los comensales sin habla. ¿Te animas a prepararlo?
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Ingredientes para “La cena del señor Lecter”: Bizcocho con dulce de leche y crema de mantequilla
Cómo hacer “La cena del señor Lecter”: Bizcocho con dulce de leche y crema de mantequilla
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Hacemos la crema de mantequilla mezclando el azúcar glas y la mantequilla con la batidora de varillas. Añadimos dos o tres cucharadas de leche, hasta que quede una textura cremosa y firme. Podemos añadir extracto de vainilla para aromatizarla más. Teñimos la crema de mantequilla con el colorante rojo, para que quede de color rosado. Guardamos en la nevera.
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Hacemos una plantilla con un papel, con la forma de medio cerebro, más o menos como un ovalo alargado, recortamos medio bizcocho, y le damos la vuelta al papel para hacer el otro medio. Ha de quedar una forma como dos óvalos juntos por en medio.
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Una vez hemos recortado, le damos un poco de forma escalonada, para que nos quede la forma de un cerebro.
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Untamos cada piso con una capa de dulce de leche (también se puede usar mermelada o crema pastelera, lo que más os guste)
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Untamos el bizcocho con la crema de mantequilla, y le damos una forma redondeada, como si fuera un cerebro. Lo guardamos en la nevera para que coja firmeza.
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Amasamos el fondant blanco, le ponemos colorante rojo para que tenga un color rosado, con 125 g, lo estiramos y forramos el pastel, dándole un poco de forma redondeada.
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Con el resto del fondant rosado hacemos unos churros redondeados y con un cuchillo afilado o una tijeras los cortamos por la mitad.
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Los vamos poniendo encima del pastel, dándole la forma de los pliegues del cerebro.
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Lo ponemos en la nevera para que se endurezca un poco.
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Mezclamos un poco de mermelada con un poco de ginebra o grapa, para que quede un poco más liquida, y lo ponemos encima del cerebro y a los lados, simulando sangre.