La cebolla caramelizada es un ingrediente básico de nuestros platos más sofisticados, ya sea para las Navidades o para una cenita especial. ¡Aquí te dejamos la receta más sencilla y resultona de cebolla caramelizada!
Ingredientes para Cebolla caramelizada
Cómo hacer Cebolla caramelizada
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Empieza troceando la cebolla en una juliana fina, que es la técnica de corte que usamos muy a menudo para cortar verduritas. Para ello, coge la cebolla, corta los dos cabos y, usando la base que has creado al cortar los cabos, córtala por la mitad. Ahora pela la capa exterior de la cebolla, la piel y cualquier otra capa que no esté del todo fina. Después, solo tendrás que colocar cada mitad de cebolla sobre tu tabla de cortar y, empezando por el lado que todavía está redondeado de la cebolla, presiona con tus uñas y mantén el cuchillo a ras de tus nudillos. ¡Ahí puedes empezar a cortar de forma segura, sin posibilidad de cortarte a ti o hacerte daño! Corta secciones finitas y te quedarán unas tiritas separadas por capas, que se van a romper cuando las pongas en la paella.
En una olla a presión, pon la mantequilla y deja que se derrita, pero no lo hagas mucho antes de acabar de cortar la cebolla porque podría quemarse. ¡Hazlo justo cuando acabes!
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Añade el azúcar y remueve un segundito para integrarlo bien, luego añade el vino y el vinagre y remueve todo junto durante aproximadamente 15 minutos.
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Al cabo de 15 minutos después de haber añadido el vino, el vinagre y el azúcar, destapa la olla y deja que se evapore el resto de agua hasta que quede una mezcla cremosa. Ahora nuestra cebolla caramelizada debe tener una textura fina y un tono marrón oscuro. Eso se debe a la reacción de Maillard, que provoca una oxidación de los ingredientes que contienen azúcar, en este caso la cebolla, pero también pasa con las carnes o con el pan. Esa reacción química compleja es la que aporta un sabor dulzón agradable a la mayoría de platos que cocemos, como la misma costra del pan.