Llega el fin de semana, hace buen tiempo, vamos al mar o lo añoramos y pensamos en cocinar una fideuá de marisco, en honor a nuestro Mediterráneo, a nuestro mar, a nuestro clima y a estos sabores tan típicos nuestros. Y nos atrevemos con esta fideuá, un plato típico de Valencia que se ha extendido a todas las zonas del país. Porque lo bueno, se comparte, se copia, se adapta.
Quizás pienses que es un plato difícil, elaborado, y que necesitas mucho tiempo y preparación para cocinarlo, pero no. Aquí te vamos a dejar los pasos y ya verás que es una receta más sencilla de lo que parece. Y que seguro te devolverá ese sabor a mar, a vacaciones, a tiempo libre con los tuyos. Porque los sabores también nos llevan a lugares, a sensaciones, a personas.
La fideuá tanto puedes elaborarla con fideos finos como unos un poco más gruesos, pero te recomendamos los más finitos. Un plato similar y para el que sí te quedará mejor con un fideo más grueso, son los fideos a la cazuela, que se suelen cocinar al horno.
Hoy vamos con los finos, si te parece, para nuestra fideuá de marisco. ¿Empezamos?
Ingredientes para Fideuá de marisco
Cómo hacer Fideuá de marisco
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Como el principio de una receta es muy importante, vamos a empezar con el súper truco Gallina Blanca: extiende los fideos en una fuente de horno y úntalos bien con aceite de oliva virgen extra. Así conseguirás que no se quemen y que queden bien doraditos. Cuando los tengas, los dejas en el horno durante 5 minutos y luego los retiras y los reservas.
Y ya empezamos a cortar el pescado: la sepia y el rape. Haz corte pequeñitos y resérvalos. Corta también la cebolla a daditos, el ajo y el perejil fresco. Lo dejas todo preparado y reservado para después.
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Ahora nos vamos a los fuegos y empezarás calentando el Caldo para Fideuá. Así ya lo tendrás luego preparado para añadirlo al resto de ingredientes. Con este caldo, te aseguras un auténtico chup-chup que es lo que le dará a tu fideuá ese sabor tan típico marinero.
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Seguimos en los fuegos y ahora le toca al marisco. Coge las gambas que vamos a marcarlas en una sartén. Añade un chorrito de aceite de oliva virgen extra y cuando esté caliente, marcas las gambas por ambos lados. Vuelta y vuelta. Perfecto. Que estén en su punto justo. Cuando las tengas, retíralas y las reservas.
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En la misma sartén que has marcado las gambas, echa la sepia y el rape, que cojan ese gustito que han dejado las gambas. Déjalos hasta que estén bien doraditos. Y cuando veas que cogen color, los reservas también y añades la cebolla. La dejas unos 10 minutos, que se dore bien. Luego añades el ajo y lo doras todo un poco más.
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Ahora le toca el turno a uno de nuestros ingredientes estrella, el Tomate Frito casero. Añade el tomate frito casero para que todo coja color y sabor. Y también el pimentón. Remueve todo bien, que se integre bien, y que, con el tomate, empiece a hacer su chup-chup. Cuando lo tengas, ya puedes añadir el pescado: la sepia y el rape que previamente habías dorado un poco. Perfecto.
También puedes añadir ya los fideos previamente horneados y el caldo para fideuá que has calentado. Ahora lo dejas todo haciendo un buen chup-chup durante unos 6 minutos a fuego alto. Pasado ese tiempo, baja el fuego y lo dejas un poco más, hasta que se consuma el caldo y los fideos veas que están secos y bien hechos.
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Mientras sigue el chup-chup, vamos a preparar una picadita para añadirla a nuestra fideuá. Pica otro diente de ajo y mézclalo con un poco de perejil y un chorrito de aceite de oliva virgen extra. Resérvala y, cuando esté la fideuá, añades las gambas primero y luego esta picada que acabas de hacer. ¡Y ya la tendrás lista! No es tan complicada, ¿verdad? Y ya verás qué rica. ¡Buen provecho!
Consejos para cocinar Fideuá de marisco
Para que los fideos te queden bien dorados, apúntate este súper truco Gallina Blanca: es importante que los untes bien con aceite de oliva virgen extra antes de ponerlos en el horno. Así te aseguras de que no se te quemen, de que cojan esa textura crujiente tan rica y un color tostado que luego hará las delicias de cualquier paladar.
Con este truco también te aseguras de que los fideos, al añadirlos al resto de ingredientes, absorban todos los sabores y no queden blandos, sino crujientes. ¡Ya verás qué sensación en boca!