Siempre a mano
Si quieres servir tus refrescos en casa tal como lo hacen en los bares, con hielo y limón, pero estás harta de desperdiciar limones que se quedan abiertos y resecos en la nevera, toma nota. Corta todo el limón en rodajas y mételas en un recipiente de plástico. Guárdalo en el congelador y, cada vez que quieras servir un refresco, dispondrás de rodajas de limón heladas y con todo su sabor. Disfrútalo.