Las ñoras, al igual que los pimientos choriceros, dan un intenso sabor a los guisos. Suelen venderse secas, por lo que hay que abrirlas y dejar que se hidraten sumergidas por completo en agua fría. Para evitar que floten, hay que ponerles un peso encima.
Una vez hidratadas, bastará con rascar su piel con una cuchara por la parte interior para recuperar su carne.