¿Cómo debo limpiar los caracoles para cocinarlos?

Los caracoles son un ingrediente exquisito para un guiso de caracoles con un sofrito de tomate, pero tiene que estar bien limpios para poder cocinarlos adecuadamente. Para ellos tienes que someterlos a un ayuno de, mínimo, 10 días.

En ese tiempo, los caracoles habrán purgado sus intensos de impurezas y se habrán encerrado en sus conchas, creando una capa calcárea que cierra la entrada de la misma. Otra opción, sin embargo, es alimentarlos con harina. Una vez comprobemos que sus excrementos son blancos, ya puedes cocinarlos. Esto te ayuda no sólo a limpiarlos, sino también a engordarlos al no haberlos hecho ayunar.

Una vez purgados, vierte en un bol grande agua, sal gorda y vinagre y mete dentro a los caracoles durante unas horas. Cuando hayan soltado todo su moco, lávalos con abundante agua fría. El agua de la cocción también tiene que estar fría, para ir aumentando poco a poco su temperatura con los caracoles dentro de la olla. Esto nos ayudará a “engañarlos” para que salgan de la concha y puedan cocinarse adecuadamente. Una vez el agua comienza a hervir, deja que los caracoles se cuezan durante unos minutos, y luego escúrrelos y pásalos por agua fría. Y ya los tienes listos para cocinarlos en en la forma que más te guste.

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