Cena con los compañeros de trabajo

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Cena con los compañeros de trabajo

Hoy cenamos con los compañeros de trabajo. Para estas ocasiones, conviene seguir una serie de normas básicas: Mantel La regla de oro es el desorden, romper con la rutina cotidiana del trabajo. Estaría buien comenzar con aperitivo: vino o espumoso, finger food, vol-au-vent, palitos salados, embutido cortado y pequeños canapés colocados en fuentes con abundancia de servilletas. Es una forma estupenda de que la conversación fluya.La mesa, sin duda, nada formal. Se impone la fantasía: cuencos en bambú, servilletas de algodón… y si son diferentes entre sí, mejor. Platos y vasos Si la idea de una fondue bourguignonne, plato de la amistad, te parece buena para sorprender a tus colegas, pon a cada uno al comenzar un plato plano, amplio, de terracota. En el centro de la mesa puedes poner el hornillo con la cacerola, si es posible, coordinada con los patos. El efecto sorpresa es el plato donde está la carne ya cortada: una fuente de estilo japonés, también en terracota, en contraste con los platos. Para los vasos, mejor un estilo lineal, casi invisible, fáciles de tener en la mano. Cubiertos El cuchillo de carne a la derecha y a la izquierda el tipico tenedor de dos puntas con el mango largo, de madera de la fondue. Cada tenedor llevará un color o un símbolo para que no se confunda con los de los demás en la cacerola para la fondue. En el mercado existen además juegos de fondue y tenedores con apoyos magnéticos que mantiene el tenedor en la posición correcta. Disposición de los invitados El “desorden” que preside la velada se tiene que dejar notar también en la mesa: toca mezclarse lo más posible y evitar al compañero de mesa de la oficina. Siempre se puede seguir la regla de alternar hombre y mujer, pero lo importante es evitar que el salón de casa parezca una reproducción de los grupos de trabajo de la oficina. Así la velada nos podrá regalar nuevos temas de conversación sorprendentes o inesperados. Otros complementos Una botella de vidrio antigua como jarrón es el símbolo de lo que se requiere en estos casos: máxima simplicidad, mínimo estorbo. Por supuesto, aquí entra cualquier elemento irónico que haga referencia a lo que nos une. La mesa no debe estar adornada de forma barroca ya que la conversación será la protagonista, sobre todo en lo que toca a aquellos temas de los que normalmente no hablamos en la oficina.

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