Lubina al vino blanco

Esta receta se puede hacer con dorada o lubina indistintamente.

En la pescadería pediremos que nos preparen la dorada para hacer al horno, entera, limpia de escamas y tripas. En casa, la lavamos bajo el grifo para quitarle las posibles escamas que tenga todavía pegadas y los restos de tripas.

Precalentamos el horno a 180º, con ventilador. Si el horno no tiene función de ventilador, mejor ponerlo a 200º. Utilizaremos una fuente o bandeja para el horno que tenga algo de profundidad, para que quepa el caldito.

Untamos con aceite la fuente y ponemos una cama de patatas cortadas en láminas de medio centímetro de grosor. Metemos las patatas en el horno 15 minutos. Podemos aprovechar mientras se va calentando el horno, no hace falta que esperemos a que esté a la temperatura final.

En una sartén pequeña o mediana, con poco aceite (que cubra justo el fondo), sofreímos los ajos cortados en láminas. Sin dejar que se quemen, añadimos la guindilla lo más picada posible. Removemos un poco y añadimos el vino blanco. Lo dejamos hasta que haga chup chup, removiendo un poco.

Sacamos la fuente del horno y ponemos sobre las patatas el pimiento y la cebolla cortados en láminas finas.
Salamos la dorada por ambos lados y la ponemos sobre las patatas, pimiento y cebolla

Le echamos por encima lo que hemos preparado en la sartén (ajos sofritos con guindilla y vino blanco).

Metemos de nuevo la fuente en el horno.
Si la dorada es mediana (para 2 personas), la dejaremos 10 minutos por cada lado. Si se trata de 2 doradas más pequeñas, será suficiente con 8 minutos por cada lado. Es decir, a mitad de la cocción, sacaremos la fuente del horno para cambiar la dorada de lado. El tiempo de horno dependerá mucho del horno en cuestión. Ya sabemos que hasta que «conocemos un horno» hay que hacer unas cuantas pruebas.