Pechugas de pollo en salsa de champiñones

Comenzamos la preparación de nuestras pechugas de pollo en salsa con champiñones cortando la cebolla y el ajo en trozos muy pequeños. En una sartén grande, calentamos una cantidad suficiente de aceite de oliva virgen extra para cubrir el fondo. Una vez caliente, añadimos la cebolla y el ajo picados, dejando que se sofrían a fuego medio-bajo durante unos 10-12 minutos, hasta que adquieran un tono dorado y transparente. Este paso es crucial ya que la base de sabor que desarrollamos aquí se reflejará en el plato final. Después de que la cebolla y el ajo estén listos, incorporamos los champiñones, que previamente hemos cortado en láminas, subiendo el fuego para que suelten toda su agua rápidamente.

Continuamos con la elaboración de la salsa. Es vital que los champiñones se cocinen bien; por ello, una vez que hayan soltado su agua, bajamos el fuego a medio y vertemos el caldo casero de pollo, que debemos asegurarnos que sea 100% natural para un sabor óptimo. Agregamos también la nata, mezclando cuidadosamente todos los ingredientes en la sartén. Esperamos a que la mezcla comience a hervir suavemente, lo que permitirá que los sabores se integren perfectamente. Durante este proceso, es un buen momento para añadir un poco de pimienta negra, que le dará un toque especial a nuestra salsa de champiñones. La combinación de estos sabores creará una base cremosa y deliciosa que seguramente realzará las pechugas de pollo.

Finalmente, incorporamos las pechugas de pollo que teníamos reservadas en la sartén, asegurándonos de que se mezclen bien con la salsa. Es importante permitir que el pollo se cocine en esta deliciosa mezcla durante aproximadamente 5 minutos. Durante este tiempo, el pollo absorberá todos los sabores de la salsa de champiñones. Para concluir, espolvoreamos el parmesano rallado por encima, dejando que se derrita en el calor de la salsa. Una vez que todo esté bien caliente y el pollo cocido, ¡está listo para servir! Este plato es ideal para disfrutar en una comida familiar o en una cena especial, y la combinación de sabores hará que todos pidan más. No olvides emplatarlas bien y servirlas acompañadas de un buen pan o una guarnición a tu gusto.