Hoy fusionamos un plato típico de Madrid con marisco propio del norte. Uno de nuestros moluscos insignia con esencia de chulapa. Hoy preparamos… ¡patatas a la importancia con almejas!

 

¿Cuántos comensales?
4
Patata
Patata
300 gramos
Huevo
Huevo
2 unidades
Harina
Harina
100 gramos
Ajo
Ajo
2 dientes
Perejil
Perejil
30 gramos
Cebolla
Cebolla
100 gramos
Almeja
Almeja
250 gramos
Vino blanco
Vino blanco
200 mililitros
Caldo Casero de Verduras 100% Natural
Caldo Casero de Verduras 100% Natural
250 mililitros
Aceite de oliva virgen extra
Aceite de oliva virgen extra
200 mililitros
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Paso 1 de 3

Una vez descartadas las almejas malas, ponemos las buenas en remojo con agua fría, una pizca de sal y las dejamos reposar durante 10 minutos. Transcurrido ese tiempo tiramos el agua y reservamos las almejas. Ponemos en una sartén aceite de oliva y doramos el ajo cortado en láminas finas. Añadimos la cebolla picada y cocemos durante 10 o 12 minutos. Vertemos el vino blanco y dejamos que el alcohol se evapore un par de minutos. Añadimos las almejas limpias, el perejil picado y el Caldo Casero de Verduras. Llevamos todo a ebullición y dejamos que las almejas se abran. Retiramos aquellas almejas que no se abran pues posiblemente estén en malas condiciones.

Paso 2 de 3

A continuación pelamos y cortamos las patatas en rodajas de 1 centímetro de grosor, las pasamos por la harina, el huevo y las freímos en abundante aceite de oliva. Las dejamos en reposo sobre un papel de cocina absorbente para que suelten el exceso de aceite.

Paso 3 de 3

Finalmente, incorporamos las patatas a las almejas y dejamos cocinar todo junto durante 5 minutos. Ahora ya solo falta encomendarnos a la Virgen de la Almudena y al apóstol Santiago a partes iguales y disfrutar de este plato fusión castellano-norteño tan espectacular.

Lo primero que nos llama la atención de esta receta de patatas a la importancia con almejas es eso de “importancia”. Y te preguntarás, ¿qué tienen de importante estas patatas? Pues bien, reciben este nombre porque se extendieron durante la época de la posguerra y, claro está, entre tanta hambre aquellas patatas rebozadas en huevo y harina sabían a gloria, a opulencia. A pesar de que hoy en día es complicado encontrarlas en las cartas de los restaurantes, esta forma de elaborar la patata se consideraba un plato en sí mismo muy común en los barrios viejos de Madrid y otras regiones castellanas como Palencia o Aranda del Duero.

 

Imagina ahora que usamos estas irresistibles patatas a la importancia como cama sobre las que recostar unas almejas similares a la bilbaína. ¿Verdad que impone? Se trata además de una receta que hará las delicias de toda la familia, pues estas patatas a la importancia son una forma muy original de introducir a los más pequeños en el maravilloso mundo del marisco.

 

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