Tomates sin piel

Si en casa preferís comer los tomates maduros pelados, una forma muy fácil de conseguirlo consiste en frotar suavemente la piel con el revés del filo de un cuchillo hasta ir arrugando la piel: a continuación, podrás tirar de la piel y saldrá sin ninguna dificultad y sin llevarse parte de la pulpa con ella.