Dispón las crepes ligeramente superpuestas en una bandeja. Rocíalas con un chorrito de coñac o de kirsch y, justo antes de servirlas, flaméalas. Les darás un sabor envolvente y lograrás una presentación espectacular. Eso sí, atención con las lámparas y las cortinas del comedor mientras se mantengan las llamas.