Si no te gustan las salsas con grumos, asgúrate de que queden muy trituradas. Cuanto más potente sea la batidora y más rato estés triturando, mejor. Pero si vas justo de tiempo, el colador chino será tu gran aliado: una vez triturada la salsa. Presiona entonces con el mazo para que los restos que hayan quedado enteros suelten sus jugos. Asegúrate de desplazar el mazo por las paredes del colador para aprovechar toda la salsa. Por último, repasa la parte exterior con una espátula y listos.
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