Para que el potaje te quede perfecto, aquí tienes nuestro súper truco Gallina Blanca: recuerda poner los garbanzos en remojo la noche anterior con una pizca de sal y bicarbonato.
¿Por qué? Así conseguirás que los garbanzos se hidraten bien, se cuezan mucho mejor y queden bien tiernos, sin necesidad de añadir más tiempo de cocción. Además, al añadir la sal desde el principio, empiezan a tomar sabor. ¡Pruébalo!
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