Si quieres que tus albóndigas queden bien redondas una manera bien fácil es ponerte harina en las manos para formarlas. De esta manera, evitarás que se te peguen en las manos y podrás bolearlas bien. Además, si agregas un poco de miga de pan en la mezcla lograrás que no se desmenucen tanto al freírlas y te quedarán perfectas.
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