A menudo tendemos a incorporar la carne con el resto de los ingredientes como último paso.

Pero anota este truco porque va a hacer que se preserve mejor el auténtico sabor del solomillo.

Si quieres mantener sus riquísimos jugos, es muy importante sellar muy bien el solomillo de ambos lados. 
Muy fácil: en una sartén, añadimos un chorrito de aceite y dejamos que la carne se haga hasta que quede dorada, pero sin pasarnos. Además, es importante que no la remuevas porque si no va soltando agua y se va a hervir. Solo gírala cuando veas que se ha dorado. 

Sellar bien la carne antes de proseguir con el resto de la receta, va a hacer que los buenísimos jugos del solomillo no se pierdan durante la cocción y, además, vas a conseguir que tenga una mejor textura y sabor. 

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