Gallina en pepitoria

Inicia el proceso de preparar la gallina en pepitoria lavando y pelando la cebolla, la cual deberás picar finamente. Una vez que la cebolla está lista, resérvala. En una cazuela amplia, calienta un buen chorro de aceite a fuego medio. Agrega los dientes de ajo, pelados y enteros, y doralos. Cuando estén bien dorados, escúrrelos y echa las almendras en el aceite caliente. Asegúrate de sacarlas en el momento adecuado para evitar que se quemen, ya que esto podría amargar el sabor de la preparación. Finalmente, también deberás dorar unas rebanadas finas de pan en el mismo aceite, y reservarlas junto a los ajos y las almendras.

Si el aceite en la cazuela presenta restos de los ingredientes anteriores, es recomendable colarlo para usarlo limpio. Vuelve a calentarlo a fuego medio y agrega los trozos de gallina, salpimentándolos al gusto. Es crucial que la gallina se sella correctamente en este paso, ya que eso ayudará a concentrar los sabores en la gallina en pepitoria. Asegúrate de que todos los lados de la carne estén dorados, luego escúrrelos del aceite para evitar que la salsa quede demasiado grasa más adelante.

Una vez dorados los trozos de gallina, es momento de introducir la cebolla picada que habías reservado en la cazuela. Tapa la cazuela y deja que se rehogue a fuego suave, permitiendo que la cebolla suelte su dulzor y sabor. Mientras tanto, inicia la preparación de los huevos: pon al fuego una cacerola con agua, sal y un toque de vinagre de vino blanco. Déjala hervir y, con cuidado, sumérgelos uno a uno durante poco tiempo para evitar que se rompan. Esto facilitará el proceso de cocción posterior. Después de 10 minutos de hervir, retira los huevos, enfríalos bajo el grifo y pélalos.

Cuando la cebolla esté blanda y comience a tomar un ligero color, es el momento de mezclarla con la gallina. Añade suficiente agua para cubrir bien la carne y luego incorpora el zumo de limón. No olvides agregar la pastilla de Avecrem Caldo de Pollo para intensificar el sabor. A continuación, sazona ligeramente y agrega una gasa con un trozo de canela en rama y un par de clavos de olor, los cuales aportarán un aroma especial. Deja que todo hierva a fuego bajo durante aproximadamente una hora para permitir que todos los sabores se integren perfectamente en la gallina en pepitoria.

Mientras la gallina se está cocinando, prepara la picada que potenciará la salsa. En un vaso de batidora, coloca las rebanadas de pan frito, las almendras y los ajos que habías reservado. Agrega también el azafrán, el comino y unas hojas de perejil. Para facilitar el triturado, mojar la mezcla con un poco del líquido de cocción de la gallina. Tritura hasta obtener una consistencia homogénea. La picada es un componente esencial en las recetas con gallina, ya que aporta cremosidad y un sabor intenso.

Cuando la carne de la gallina esté tierna, es el momento de incorporar la picada en el líquido de cocción. Si observas que la salsa se ha espesado demasiado, puedes aclararla con un poco de agua. Mezcla bien para que la picada se integre y la salsa adquiera un color y sabor homogeneo. Este paso es crucial, ya que si tienes paciencia y permites que la salsa hierva lentamente por unos minutos, todos los sabores de la gallina en pepitoria se intensificarán, haciendo del plato una delicia. Como consejo, dejar reposar el plato en el frigorífico un par de días mejora considerablemente su sabor.

Finalmente, una vez que la gallina en pepitoria está lista, es momento de servir. Retira la gallina de la cazuela y colócala en un plato, asegurándote de cubrirla con la rica salsa que has creado. Este plato tradicional es perfecto para compartir, así que no dudes en acompañarlo con un buen pan para mojar en la salsa. La textura jugosa de la gallina combinada con la complejidad de la salsa en pepitoria resultará en una experiencia gastronómica inolvidable. Para finalizar, recuerda que estas recetas con gallina son ideales para ocasiones especiales, ya que siempre dejan una impresión duradera en tus invitados.