Para muchos de nuestros platos usamos limón. El problema es que una vez que cortas un limón si no lo utilizas entero, lo normal es que se eche a perder pronto. Una solución: llenar un vaso de agua (hasta la mitad más o menos para evitar desbordamientos) e introducir la mitad del limón con la parte cortada en contacto directo con el agua. Veras como te aguanta un montón de días y cuando lo quieras usar estará como recién cortado.
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