Almejas bien limpias

Para no arruinar tu plato es básico que limpies bien las almejas antes de añadirlas a la cocción. Para ello, sumérgelas en agua dulce fría durante un rato. Después sumérgelas en agua fría con sal durante algunas horas para que se reanimen y expulsen suciedades y posibles restos de arena. 

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