Para eliminar la arenilla, la mejor solución es sumergirlas en un recipiente con agua fría y sal dejarlas una hora, también se le puede añadir un chorro de vinagre. Lavar con agua y repetir la operación desechando las que queden abiertas. Es lo contrario cuando cocinamos, que se rechazan las que quedan cerradas. Nunca hay que cocerlas mucho, ya que se endurecen y quedan incomibles una vez que se abran se retiran del fuego y si alguna queda sin abrir la tiramos.
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