Sólo has de dar algunos golpecidos alrededor del borde de la tapa con cualquier utensilio medianamente consistente (ya sea una cuchara, la maja del mortero o con ese martillo de madera que se usa para ablandar la carne). Notarás que cambia el sonido resultante de los golpecitos y ‘voielá’, giras la tapa sin esfuerzo. Ya está abierto nuestro bote
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