Ruta gastronómica por Navarra
Al norte de la Península, entre Francia, Aragón, La Rioja y el País Vasco se esconde una de las joyas de nuestro país: Navarra. Conocida a nivel internacional por la festividad de San Fermín, que se celebra cada 7 de julio, merece una visita más allá de esta popular celebración. Y es que una de las particularidades de esta comunidad es su diversidad de paisajes. El norte, húmedo, verde y de vegetación exuberante, con la Selva de Irati, y el sur, más mediterráneo y árido, influenciado por el valle del Ebro.
Pero no solo hay que venir a Navarra por sus bellas vistas sino también por la calidad de su gastronomía, lácteos, platos de caza y una huerta fértil que la caracterizan. Es una cocina de antaño, pero en la que se combinan en armonía modernidad y tradición. Hoy te invitamos a recorrer esta comunidad de la mano de sus platos más típicos. ¿Vienes?
Pamplona y sus pinchos
Aunque son de origen vasco, los pinchos ya forman parte del ADN de la cocina navarra. Esta exquisita cocina en miniatura se puede degustar en todo el territorio, pero en especial en el casco viejo de la capital del Reino: Pamplona. Ir de pinchos allí es todo un ritual y, por eso, gran parte de los bares cuentan con una variada oferta para satisfacer a todo tipo de paladares. Desde los más tradicionales a los pinchos más sofisticados, eso sí, siempre con toda la calidad de sus productos autóctonos.
Y si pasas por Navarra entre los meses de marzo y abril no te pierdas la Semana del Pincho, que se celebra en diferentes localidades y donde podrás saborear los pinchos más innovadores e imaginativos. De mientras ve abriendo boca con estos pinchos de bacón y ciruelas, un contraste de sabores y texturas.
Delicias de la huerta
La fama de la gastronomía Navarra se la ha ganado en parte por la excelente materia prima que ofrece su huerta. Desde los espárragos blancos, tiernos y sabrosos, estupendos para elaborar una sopa de espárragos blancos con anchoas; pasando por las alcachofas de Tudela, producto estrella de la huerta navarra, y que permiten sensacionales elaboraciones como unas alcachofas gratinadas; hasta los cardos y los pimientos del piquillo. Con estas dos últimas hortalizas te recomendamos unos platos con todo el sabor navarro: cardos en salsa blanca y pimientos del piquillo rellenos de carne. ¿Los preparamos?
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Platos típicos
Al visitar Navarra y probar sus apetitosos platos descubrirás que todo y tener toques de modernidad e innovación, en esencia, poseen toda la tradición culinaria de la región gracias a la gran variedad de productos que ofrece esta tierra.
De entre sus recetas más tradicionales destaca, por ejemplo, el bacalao ajoarriero, donde este pescado desmigado se cocina con una rica salsa de pimientos y unas patatas fritas cortadas a dados.
Navarra también es conocida por ser productora de cordero, que pastorea en toda la región, aunque el de La Cuenca es el más popular. Es una carne tierna, jugosa, suave y con un sabor peculiar y perfecta para protagonizar platos como el calderete, las costillicas doradas a la brasa, jarretes y el cordero asado. Si no sabes cómo preparar este último toma nota de la receta de paletilla de cordero al horno. ¡Es muy gustosa!
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Otro plato clásico de la mesa Navarra, aunque compartido con la de Aragón y País Vasco, es el pollo al chilindrón, de característico color rojizo, debido a que se elabora con pimientos rojos y tomates, además de bastante ajo.
Comida campestre
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Acabamos el recorrido en el sur, en concreto en el Parque Natural de Bardenas Reales, un lugar inhóspito y desértico que vale la pena conocer, y que aunque no lo parezca a primera vista es terreno de cultivos. De hecho, un alimento típico de los pastores que antaño paseaban a sus rebaños por las Bardenas eran las chistorras. A la brasa y con un poco de pan ya están tremendas, pero si quieres algo más elaborado te recomendamos estas milhojas con revuelto de chistorra y guisantes. Y para acompañarlas, ya que estamos cerca de otra de las bellas ciudades de Navarra, Tudela, puedes probar sus deliciosos cogollos con atún. Una ensalada fresca y crujiente.
