Guía para disfrutar de la Feria de Abril

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Entre los días 21 y 26 de abril, Sevilla se viste de gala con motivo de su Feria. Casetas y puestos ambulantes proponen a sus visitantes una deliciosa oferta gastronómica acompañada de bebidas como la manzanilla de Sanlúcar de Barrameda o el rebujito.  
Lo dice la canción ‘Sevilla tiene un color especial’, y también muchos reclamos turísticos: la calidez y simpatía de su gente, su Torre del Oro, su Plaza España, su catedral… En esta lista tampoco puede faltar su Real Feria de Abril que este año abrirá sus puertas el próximo 21 de abril. Entonces, las calles del barrio de Los Remedios, lugar donde se viene celebrando la Feria desde mediados de la década de los 70, volverán a llenarse de farolillos, luz y mucho color. Tampoco faltarán las risas, los bailes, los paseos en carroza y, como no, la comida.

Aunque si te quedas sin probarlas todas, no te preocupes, porque puedes prepararlas a la vuelta, en casa, y disfrutarlas con más calma. Por ejemplo, ¿qué te parece este pescaíto frito con mayonesa cítrica o estos chocos con habas? Y si después de estos dos manjares aún te quedan ganas de más, no haya nada más andaluz que una tortilla de boquerones.

De tapas y raciones

Para el resto de días de la Feria, las recetas que se elaboran suelen ser raciones típicas de la zona. Son tantas que resulta prácticamente imposible no caer en la tentación y disfrutar de ellas en cualquier momento del día. “El plato estrella que nunca falta es el jamón ibérico de bellota”, afirma Aurelio del Pozo, director Comercial de Grupo La Raza. Esta compañía andaluza gestiona la restauración de algunas casetas desde hace varios años, y el revuelto de patatas rotas y flamenquín sevillano sobre salmorejo son sus platos estrella.
Además, podemos saborear croquetas, chacinas ibéricas, montaditos, diferentes clases de queso, embutidos como el chorizo, pimientos fritos, aliños variados, revuelto de patatas y jamón… “La tortilla de patata es otro gran clásico que en los últimos años está teniendo una demanda cada vez mayor con motivo de la crisis”, explica Francisco Pazos Carrasco, autónomo y gerente de una de las cocinas que se instalan en la Feria. 

Una de sus especialidades es el arroz marinero y nos explica que lo habitual es que en un solo día prepare hasta tres grandes cazuelas de arroz, cada una ellas con capacidad para 40 kilogramos. Si te apasiona el gazpacho andaluz y el salmorejo, en la Feria también tendrás la oportunidad de saborearlos. De hecho, el gazpacho andaluz con jamón y picatostes está de muerte con el punto justo del vinagre de Jerez y la refrescante mezcla de hortalizas. Y el salmorejo es más para aquellos enamorados del tomate y el ajo, ya que los tiene en más proporción que el gazpacho, además de que no se le pone agua.

Y además…

Aunque cualquier momento es bueno para tomar raciones y picotear, mientras se está charlando con los amigos o bailando unas sevillanas, coincidiendo con la hora del almuerzo es tradición servir guisos consistentes como caldereta, garbanzos, bacalao con tomate o rabo de toro. Nunca se servirán antes de las tres de la tarde. Pero si no puedes esperar y quieres degustarlos antes, unas recetas imprescindibles son la caldereta de langosta o los garbanzos con bacalao y espinacas.

Durante la semana que dura la fiesta, las bebidas que nunca faltarán en la mesa para acompañar cualquier plato son la manzanilla de Sanlúcar de Barrameda y el vino fino de Jerez, según se prefiera. “En los últimos tiempos se ha puesto de moda el rebujito, que no es otra cosa que la mezcla de manzanilla y una bebida refrescante de lima”, añade del Pozo.

Reponiendo fuerzas

Cuando cae la noche, para reponer fuerzas lo más aconsejable es un delicioso caldo de puchero bien calentito elaborado con verduras y carnes. En algunas casetas, incluso, este reconstituyente suele acompañarse con un poco de hierbabuena. Los más golosos degustarán buñuelos y churros con chocolate.

Será difícil que puedas resistirte a la oferta gastronómica que encontrarás, tanto si asistes como invitado a alguna de sus casetas privadas como si te pasas por las casetas públicas que los organizadores ponen a disposición de los visitantes.