El origen culinario del Carnaval

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De origen pagano, por Carnaval las normas son menos estrictas para prepararnos para las restricciones propias de la Cuaresma.

Nuestro calendario está lleno de fiestas religiosas y paganas, que se alternan y que, juntas, dan sentido a una historia que nos ha llevado las tradiciones que tenemos hoy en día. El nuestro, ha sido desde siempre un país en el que la religión cristiana ha tenido un papel fundamental e incluso ha llegado a regir por completo las vidas y las formas de vivir, pero esto no ha impedido que algunas fiestas paganas, contrapuestas en muchas ocasiones a las religiosas, hayan llegado hasta nuestros días. Y, sin duda, el Carnaval es una de ellas.

La fiesta antes de la abstinencia

El Carnaval no podría entenderse sin la existencia de la Cuaresma, el período de 40 días anterior a la Semana Santa, marcado por unas normas muy estrictas en cuanto a comportamiento y alimentación. Y es que, justo antes de Cuaresma, la fiesta del Carnaval es el momento de la liberación. Es el momento de dar rienda suelta a las pasiones y aficiones porque, después, vienen 40 días en los que casi todo lo que hagamos en Carnaval, estará prohibido.

Y todo esto incluye, claro, la gastronomía. España es un país con una cantidad muy importante de platos típicos y dulces que, por Carnaval, tienen un papel destacado. Cada zona de nuestro país prepara los mejores manjares con ingredientes provenientes de la zona. Por ejemplo, en muchas localidades del norte, los cocidos protagonizan la cocina de Carnaval. 

En Catalunya, es muy tradicional la butifarra de huevo, hecha sin sangre, y los chicharrones. Pero por todo el territorio podemos encontrar fiestas en las que las parrilladas de carne, embutidos y longanizas protagonizan la fiesta.

Aunque el Carnaval se celebra en toda España, es en Cádiz y sobre todo en Canarias donde se vive con más intensidad. Tanto si tienes la oportunidad de viajar hasta las islas como si no, puedes festejar esta fiesta preparando uno de los platos más característicos de su gastronomía: las papas arrugás. 

El toque dulce

 Pero ninguna fiesta, claro está, sería completa sin los dulces, algunos de los cuales se consumen casi exclusivamente durante estas fiestas.

Hablamos, por ejemplo, de la coca de chicharrones, de las tortitas de carnaval canarias, la leche frita,  las torrijas de vino, de las filloas gallegas o de la pestiñada gaditana, en la que los habitantes de Cádiz recuperan los pestiños para disfrutarlos, también, en carnaval.

Todo ello hace que el menú de carnaval sea de lo más completo y nos permite excedernos un poco en según qué cosas. Que, después, ya vendrá el tiempo de abstinencia.