El jamón, bien acompañado

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Se trata de uno de nuestros productos más apreciados, pero aprovechar al máximo su sabor y su aroma depende, y mucho, de cómo lo acompañamos. Y el vino tinto no es necesariamente su mejor aliado.

De los millones de turistas que cada año nos visitan, es difícil encontrar a uno que no lo haya degustado. ¿Pero lo ha hecho aprovechando todo su potencial? Y es que para disfrutar al cien por cien del jamón ibérico es imprescindible hacerlo con el acompañamiento ideal. Pero no solo los turistas cometen errores al consumirlo; también nosotros. A continuación te ofrecemos algunas pistas para garantizar el éxito de este producto en tu mesa.

En la comida
¿Sirves jamón ibérico en tus comidas navideñas? La Navidad es el período del año en el que consumimos más jamón ibérico. Cada año los hogares españoles compran más de veinte toneladas de este producto, y el mayor consumo se concentra entre noviembre y diciembre.

Lo más habitual es consumirlo solo, cortado muy fino y acompañado de pan (pruébalo con tomate, es ideal) o algún queso ibérico. Una combinación perfecta. Pero igual de perfecto será que lo utilices como ingrediente de algún plato: una ensalada, unos huevos rellenos con virutas de jamón ibérico, unas pencas de acelga con jamón ibérico, un delicioso salmorejo…

Eso sí, lo mejor es consumirlo crudo, a unos 22 ºC de temperatura, y mantenerlo alejado de cualquier fuente de calor. Si además lo hemos conservado tapado con su propia grasa y un trapo de algodón, podremos disfrutar de todo su sabor.

El maridaje ideal
Tan importante es el acompañamiento sólido como el líquido. Probablemente, al pensar en un vino para consumir con un jamón ibérico, lo primero que se te ocurre es un tinto. Pues aunque no es mala idea, los expertos sumilleres hacen otra recomendación: que nos vayamos al sur de España. Y es que el fino y la manzanilla son los mejores aliados del jamón ibérico, gracias a su tono ligeramente salado y su baja acidez, que complementan el tono amargo del propio jamón.

Y más allá del vino, otra bebida muy conocida en nuestro país que puede ser un excelente compañero para el jamón es la cerveza. ¡Pruébalo y explícanos qué te parece!

Otras opciones
El maridaje de productos alimentarios es tan complejo como los sentidos humanos. El objetivo es siempre conseguir que la comida y la bebida se complementen, sin que una desmerezca a la otra. Pero dicen que para gustos, los colores y, precisamente por eso, lo importante es nuestra percepción.

El queso ibérico, el pan, el fino, la manzanilla y la cerveza son grandes compañeros de viaje del jamón ibérico en cuanto al paladar, aunque seguro que has probado alguna otra exquisitez que se complementa igual de bien con esta joya de nuestra gastronomía. ¡No dudes en compartirlo con nosotros!

Los tipos de jamón ibérico
Las diferentes denominaciones de origen de jamón ibérico (Guijuelo, Huelva, Los Predroches y Dehesa de Extremadura) amparan cuatro tipos de producto, en función de la alimentación que se ha dado a los cerdos:

Jamón ibérico de bellota: El más apreciado. El animal ha sido alimentado en la dehesa exclusivamente con pastos frescos y bellotas.

Jamón ibérico de cebo de campo: Se produce a partir de cerdos que se han alimentado siempre en la dehesa, pero combinando bellotas con cereales y leguminosas.

Jamón ibérico de recebo: El cerdo se ha alimentado al aire libre y en cebadero, combinando las bellotas con cereales y leguminosas.

Jamón ibérico de cebo: El animal se ha alimentado con piensos de cereales y leguminosas en un cebadero, con un engorde más rápido.

 

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