Moldes de repostería: metal o silicona

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Moldes de repostería: metal o silicona

El mundo de la pastelería está lleno de opciones: desde los ingredientes hasta los moldes. Particularmente, los moldes nos ofrecen un espectro muy amplio de opciones en cuanto a las formas: los hay alargados, redondos, más o menos altos, con diseños especiales de Halloween, Navidad y hasta de Primera Comunión. Los moldes de repostería, ya sea para galletas, magdalenas o bizcochos, se consiguen de distintos materiales. Los más tradicionales son los moldes de metal, normalmente de aluminio. Estos moldes son económicos y admiten múltiples usos. Algunos aspectos a tener en cuenta son:

  • Engrasar y enharinar los moldes siempre antes de usarlos: si no se pone materia grasa antes de verter la masa, al cocerse el preparado se adherirá a las paredes y habremos desperdiciado todo el trabajo. Hay que tener cuidado al cocinar pollos asados o pescados al horno.
  • Guardar estos moldes requiere cierta atención: no sólo ocupan un espacio más o menos importante en el armario, sino que además para prolongar la vida útil del molde es importante cuidar que no quede expuesto a algún golpe que lo “marque” y entonces perdería su forma original.
  • ¡Cuidado con las temperaturas!: estos moldes cogen tanta temperatura como la preparación del interior. Un buen truco al sacarlo del horno puede ser espolvorear con harina o cubrir con un paño parte de la superficie externa del molde para alertar a cualquier desprevenido de que el mismo está caliente.

Lo indiscutible es que los moldes de metal dan un toque de tradición a nuestra cocina, mucho más si los hemos heredado de nuestras abuelas y tías. Es entonces cuando parece que esos moldes nos transmiten antiguos secretos de cocina. Para las cocinas y cocineras más modernas, en el mercado están disponibles los moldes de silicona. Un material novedoso con un sinfín de beneficios. Veamos algunos de ellos:

  •  No es necesario engrasarlos para cocinar: simplemente es verter, cocinar y quitar del molde. Este beneficio no solo implica menos trabajo, sino además preparaciones más saludable.
  • El guardado del molde no es una preocupación: basta con un pequeño rincón en un cajón. Al no existir el riesgo de que se deformen, pueden guardarse en prácticamente cualquier lugar de la cocina.
  • No cogen altas temperaturas: por lo que no hay riesgo de quemaduras. Por esa razón, son ideales para cocinar macarrones gratinados y otras pastas.

Se presentan en los más variados y atractivos colores. Podemos elegir aquel que mejor combine con el decorado general de la cocina. O bien hacer una apuesta más fuerte y optar por los colores más llamativos y que más nos gusten.

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