Melones y calabazas
Pepino, calabacín, melón, sandía... ¿Sabías que todos ellos forman parte de la misma familia? Pertenecen al grupo de las cucurbitáceas, lo que les hace compartir algunas de sus características, como su piel dura, su textura jugosa en su interior y su dulzura. ¿Descubrimos un poco más sobre ellas?
La calabaza
Hay muchísimos tipos de calabaza, pero podemos diferenciar dos grupos principales: las de invierno y las de verano. La principal diferencia entre ellas es que las calabazas de invierno se recogen cuando están completamente maduras, cosa que no pasa con las calabazas de verano.
Las calabazas de invierno son las más conocidas y pueden conservarse durante varios meses en un ambiente fresco y seco. Tienen una carne feculenta y un poco dulce. Este tipo de calabaza es muy versátil ya que se pueden saltear, hacer cremas, cocinarla con quinoa, e incluso, preparar recetas como esta deliciosa este conejo con calabaza o unas fantásticas magdalenas.
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Por otro lado, las calabazas de verano destacan por tener una gran diversidad de formas y colores. Todas tienen la carne esponjosa y de color claro y se cocinan rápidamente. Conservándolas a unos 10ºC pueden durar algunas semanas. Entre ellas podríamos situar los calabacines, geniales para hacer, por ejemplo, este pastel salado y estos pepino pertenece a una subfamilia de este grupo de alimentos. Proveniente de la India, llegó al Mediterráneo hace más de 2000 años. En la actualidad, es la segunda cucurbitácea más consumida en el mundo, después de la sandía. El pepino se emplea en distintos sitios del mundo como un ingrediente esencial en las ensaladas. También se puede usar para hacer ricas sopas o cremas. Al igual que el melón y la sandía, tiene una carne húmeda, refrescante, con textura prieta y crujiente, protegida por una piel dura en el exterior. Su aroma se desarrolla al cortarlo y masticarlo y su sabor no es tan dulce como en la mayoría de las frutas de su familia. ¿Qué te parece esta Ensalada de pollo con mayonesa y pepino? ¡Es muy refrescante!
El melón
Los melones pertenecen al grupo cucumis melo, muy cercano al pepino. Procede de las zonas subtropicales de Asia, aunque existen muchas variedades de melón con grandes diferencias de color, aroma y sabor. ¿Sabías que hay especies de melón que pueden llegar a pesar 20 quilos?
Al igual que las calabazas, los melones se dividen en los de verano y los de invierno. Los verano son muy aromáticos y de corteza rugosa, como el melón cantalupo y los reticulados (o muskmelons). Por el contrario, los melones de invierno son menos aromáticos y su temporada de consumo es más corta. Entre ellos encontramos los melíferos (honeydew), los melones de indias y los canarios. Con todos ellos podrás hacer muchísimas recetas y, con la variedad de especies que hay, ¡cada una te quedará de una forma distinta! Con esta fruta te proponemos dos recetas que te van a encantar: Un sorbete y una sopa de melón con jamón. ¿Te las vas a perder?
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Pero para hacer estos platos vamos a tener que comprar un melón, y esto, puede resultar algo complicado si no sabemos cómo escogerlo. Pues bien, te damos un par de consejos para que escojas el melón ideal. Cuando lo tengas en las manos, ten en cuenta de que debe pesar en relación a su tamaño. Al apretar las puntas estas deben ceder levemente. Los melones maduros tienen un olor dulce y agradable. Pero, si no tiene aroma, ¡no te preocupes! Solo tendrás que dejarlo madurar durante unos días a temperatura ambiente y estará perfecto.
La sandía
Las sandías proceden de una planta rastrera africana, la citrullus lanatus. Actualmente, la producción y consumo de sandía es la mayor de todas las cucurbitáceas. Existen más de 50 tipos distintos de sandía, pero las que conocemos mejor son las que tienen el interior de color rojo intenso, debido a su alto contenido en licopeno, un pigmento con efectos antioxidantes.
Es importante escoger bien la sandía en el supermercado ya que es un fruto que, una vez cortado, no madura más. Uno de los puntos importantes a fijarse es la mancha que les aparece por el contacto directo con el suelo mientras se cultivan. Si tiene un color amarillento, la sandía está en su punto, mientras que, si escogemos una sandía con la mancha verde o blanca, seguramente la han cosechado antes de lo debido. Además, debe hacer un sonido sordo al golpearla.
Una vez comprada, la podrás degustar de muchas maneras. Para terminar, te mostramos dos recetas que no podrás dejar escapar: un granizado y un sorbete, dos postres sensacionales y de lo más coloridos que utilizan la menta para dar contraste al dulce sabor de la sandía.
Este grupo de frutos son de lo más refrescantes, por lo que merece la pena introducirlos en numerosos platos, ya sea en aperitivos, ensaladas, cremas, purés, mermeladas, guarniciones o postres. Mmm… ¡Qué rico! Además son de lo más nutritivos. ¿Te atreves a preparar alguna receta con ellos?
