“En menos de 40 minutos es difícil conseguir una buena taza de chocolate”

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Ubicada a pocos metros de la Puerta del Sol en Madrid, San Ginés es la chocolatería más afamada de Madrid y lugar de visita obligada para degustar una deliciosa taza de chocolate acompañada de una ración de churros  o porras. Charlamos con su responsable de Comunicación acerca del éxito de su producto y los planes de expansión de la compañía. 

120 años sirviendo chocolates y todavía siguen con la misma energía del primer día…

Desde 1894, son muchos años sirviendo chocolates, churros y porras. Hemos afinado la receta y tenemos un magnífico equipo de churreros que hace que, en todo momento, el producto esté recién hecho y en su punto justo, crujiente por fuera y blandito por dentro.

Y la ubicación seguro que ayuda

Sí. De hecho estamos situados en un salón que se encuentra a escasos metros de la Puerta del Sol en el centro de Madrid, por donde pasa mucha gente a lo largo del día.

Las técnicas para elaborar sus churros y porras, ¿han evolucionado o por el contrario se siguen empleando las mismas?

Lo más importante es la materia prima; una harina que es una mezcla de varios trigos que proceden de distintas zonas de España y, por supuesto, respetar minuciosamente las proporciones de las recetas que siguen siendo las mismas, tanto para los churros como para las porras.

Y si queremos preparar un buen chocolate en casa, ¿cómo tenemos que hacerlo?

Buena temperatura, buen producto y paciencia. El tiempo necesario para que espese también es importante, porque en menos de cuarenta minutos es difícil conseguir una buena taza de chocolate.

En su caso, además, suponemos que hay que adaptarse a los gustos de los clientes…

Entre tantos clientes, los hay que lo prefieren más suave, con más leche, con más sabor a cacao… Lo que sí es cierto es que casi todos buscan el espesor característico del chocolate de Madrid.

¿Cuántas tazas de chocolate y raciones de churros y porras pueden llegar a servir en un día?

¡Muchísimas! Ha habido días que hemos alcanzado casi las casi 4.000.

Y como no tenían bastante, han decidido expandirse a Japón y a China, ¿por qué han elegido estos dos países para iniciar el proceso de internacionalización de la chocolatería?

Son países que dan mucha importancia a las tradiciones y a los que les gusta lo español. Nosotros tenemos un producto que combina ambas características.

¿Cómo está siendo la acogida de estos productos tan españoles en estos países?

Muy buena. Les llama mucho la atención el que los churros se hagan a la vista y que se puedan comer recién hechos.

En Shanghai triunfan los churros con queso, ¿por qué eligieron esta combinación?

Según nuestra breve e inicial experiencia, a los chinos les gusta asociar lo salado a las masas fritas, y el churro no deja de ser una fina masa frita. Ante la sugerencia de unos clientes los incorporamos a la carta y nos llevamos una grata sorpresa.

Pero no serán los únicos churros que consumen ahí…

No. Los churros con chocolate tampoco faltan y también ofrecemos alguna que otra sorpresa como la mezcla con sirope de fresa y de helado.

Y ahora que darán el salto a América Latina, con un establecimiento en Colombia, ¿ya están pensando en alguna receta acorde a las costumbres gastronómicas de la zona?

Lo primero que intentaremos es que se acepte nuestro producto tal y como lo conocemos en Madrid.

Todo un reto ofrecer chocolate en la cuna del cacao…

Colombia es un país que entiende mucho de chocolates y seguro que tendremos mucho que aprender, por lo que incorporaremos nuevas ideas. Intentaremos competir con sus afamados buñuelos colombianos, aromatizar con canela...

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